'Lo fingido verdadero' llega al Cuyás como un viaje «despojado de florituras»

El Teatro Cuyás acoge este viernes y sábado, siempre a las 19.30 horas, la obra de Lope de Vega 'Lo fingido verdadero', de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con Arturo Querejeta y María Besant como protagonistas en una propuesta que será un «viaje» para el espectador con una representación «despojada de florituras», según dijo la ayudante de dirección de la obra, Beatriz Argüello.

En una rueda de prensa, Argüello destacó la manera «valiente y arriesgada» de abordar este texto, que nunca se había interpretado antes por otra compañía de teatro y que llega a Las Palmas de Gran Canaria tras pasar por las principales ciudades españolas bajo la dirección del actor y director Lluís Homar.

«Es valiente desde el punto de vista de dirección y también por la elección de los actores, con un reparto paritario donde las mujeres hacen personajes masculinos», detalló Argüello, quien percibe 'Lo fingido verdadero' como un «gran homenaje» a los actores y al teatro desde la aventura, la sencillez y el trabajo minucioso del texto.

Junto a 'Hamlet', de Shakespeare, y 'El impromptu de Versalles', de Molière, 'Lo fingido verdadero' constituye una «auténtica trilogía sobre el teatro dentro del teatro en el siglo XVII» al abordar una reflexión sobre el destino, sus arbitrariedades y «el fingimiento que obliga al arte teatral a convertirse en un viaje hacia la verdad».

En la extensa obra de Lope de Vega, 'Lo fingido verdadero' está escrita de manera simultánea al 'Arte nuevo de hacer comedias', por lo que, a juicio de los actores y la dirección de la obra, «Lope regala una de las reflexiones más fascinantes sobre la verdad que ha producido el teatro en la vida y en los escenarios a lo largo de todos los tiempos».

Así, el actor Arturo Querejeta, quien interpreta a Diocleciano, que durante la obra se convierte en emperador de Roma, insiste en el «poder transformador del teatro» y cómo la verdad escénica «puede llegar a ser más transformadora que la vital».

«Vemos un universo bélico, militar, sangriento, shakespeariano, como 'Ricardo III', donde mueren todos, con un humilde soldado romano que acaba convirtiéndose en César porque tiene el apoyo de sus compañeros. En la obra, ninguno de los personajes sabe si son de verdad porque los actores se comportan como personas y no como personajes dentro de la comedia», relata, que se ha mostrado sorprendido de que eso se pudiese idear hace 400 años.

«Hacer eso hace 400 años, por muchas comedias que hubiese hecho Lope, es increíble. Hemos leído a muchos autores como Stanislavski o Pirandello, que hacían teatro dentro del teatro sobre el que se ha discutido mucho siglos después, pero cuando lees los pasajes de la obra de Lope te quedas pasmado porque él ya lo entendía y las bases las puso él», ha reivindicado el actor, que ha reconocido que es una obra complicada «a la que nadie se había atrevido a meter el diente».

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