El cine con contendido social vuelve a exhibirse en Ibértigo

Ibértigo se ha caracterizado durante sus 18 años de vida por nadar contra la corriente. Lo ha hecho por identidad, por la búsqueda de un cine que conmueva desde los discursos y no se limite a lo meramente visual, y este año por necesidad. La pandemia ha hecho estragos y ha dificultado la confección de un programa, pero lejos de detenerse este jueves comienzan una nueva edición.

El realizador brasileño Marcelo Gomes será el encargado de oficiar la apertura a las 19.00 horas, en la sede de la Casa de Colón, con el pase de dos de sus cintas 'Maracatú' y 'Estou me guardando para quando a carnaval chegar'. Obras que escapan de una narrativa categorizado para ahondar en la realidad social del nordeste brasileño del que procede.

Ibértigo arrancó hace unas semanas con un prólogo firmado por Elisa Cepedal con su 'El trabajo o a quién le pertenece el mundo', una cinta que articula su narrativa sobre la descomposición del movimiento minera en la cuenca asturiana.

Esos títulos reflejan la vocación de un festival consolidado y que ha amamantado a generaciones de cinéfilos en Las Palmas de Gran Canaria. Un encuentro que aspira a salirse de los márgenes de lo comercial y enseñar obras que quizá de otra forma no podrían alcanzar el radar de muchos seguidores del cine comprometido y con mensaje.

Esa fue una de las revelaciones que sintió Marcelo Gomes al recibir la invitación para ser casi que el maestro de ceremonias de esta nueva cita. «Este tipo de encuentros es muy necesario y me alegro mucho de poder estar aquí. Poder, a su vez, conversar con la gente con una proximidad que en los festivales más grandes no se tiene. Y soy de los que cree muy importante el encuentro con otros directores que te ayuden a cuestionar tu obra, porque para mí los directores latinoamericanos podemos aprender mucho más de otros directores latinoamericanos que de los de Hollywood o los europeos, porque venimos de la misma realidad», reflejó.

Con la apertura de esta tarde Ibértigo se pone en marcha el próximo jueves 22, cuando se celebrará la clausura con el director portugués Joao Nicolau. En ese tiempo se proyectarán diez largometrajes y siete cortos, con un catálogo de artistas internacionales que provienen de Brasil, España, México, Costa Rica, Chile. Colombia, Guatemala. Argentina y Portugal; además habrá mucho peso de representantes del tejido audiovisual de las islas en los distintos eventos relacionados con el festival.

Las proyecciones se han visto por los rigores de la pandemia limitadas a medio centenar de personas por pase, de acceso gratuito, y con la necesidad de registrarse previamente al inicio de cada sesión o con antelación en la pestaña de eventos de la página web de la Casa de Colón.

Ibértigo camina un año más contra todas las dificultades. El proceso de selección de las películas y los invitados se vio comprometido por el virus y el prólogo con Elisa Cepedal se vio obligado a cambiar de escenario con el que estaba previsto inicialmente para ello.

En cualquier caso, desde la organización de la muestra se sienten satisfechos con la programación diseñada y añaden que todas las películas que se irán proyectando en la Casa de Colón vienen avaladas por su paso por distintos festivales y con buenas críticas.

Jesús García, vicepresidente de Vértigo, encuentra que el contexto social global que se da en la actualidad hace más pertinente el tipo de cine que se exhibe en Vértigo. «El cine iberoamericano está muy orientado al discurso social. Se tiene que enfrentar en muchos casos a una realidad económica brutal, y en estos momentos es un continente especialmente azotado por el virus. Desde sus orígenes este festival ha apostado por este tipo de contenidos y eso es algo que se ha ido agudizando con el tiempo, por el hecho de que es el propio cine el que te propone estos temas. Y tenemos esa voluntad de proyectar ese cine que está ahí y al que solo se puede acceder muchas veces desde los festivales», dijo.