«No soy mujer de grandes símbolos, pero en el corazón tengo a mi tierra por bandera»
Sila Sánchez, fundadora de la Asociación de Mujeres Zuleima, lamenta que «ya no reconoce el fondo del mar, antes se veía todo»
Sila Sánchez no es de las que se muerde la lengua, todo lo contrario, ella prefiere poner los puntos sobre las íes. Ala vista está, pues es presidenta y fundadora de la Asociación de Mujeres Zuleima, que lucha por los derechos de las mujeres canarias desde hace ya tres décadas. Su historia tampoco se entendería sin el archipiélago, su escucha activa y, cómo no, su amor por sus islas. Fue jugadora de baloncesto y nadadora de máster, donde se proclamó campeona de España y, varias veces, de Canarias. «Mi vida sin el deporte no existiría», destaca con la pasión tan característica que jamás esconde.
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Sila es tallerista y tiene una debilidad, la playa de Las Canteras. «No soy mujer de grandes símbolos, pero dentro de mi alma y de mi corazón tengo a mi tierra por bandera», asegura Sánchez. «Me encanta el folclore, la comida típica canaria, las papitas con mojo, el sancocho... En mi casa no van a faltar el día de Canarias un buen sancocho y mi familia», deja claro la activista.
Cuestionada por cómo le gustaría ver a Canarias después de otros 80 años, los que cuentan sus blancos rizos del cabello, se muestra tajante y reivindicativa: «Libre». «Se están comiendo todo el terreno con tanta especulación. Yo no soy de signos, pero sí de las que sienten la tierra, la naturaleza», se define Sila Sánchez. Cuando era joven, recuerda el mar mucho más cristalina. «Ya no reconozco el fondo del mar, antes era diferente, se veía todo», comenta con rastros de nostalgia cuando echa la vista hacia el pasado.
Para Sila «no solo depende de los políticos», sino que es la «gente» la que debe preservar y defender lo suyo. Cuidar y valorar más y mejor. «En otros ochenta años el deterioro puede ser muy grande...», vaticina la tallerista. «Los políticos no están en consonancia y esto se agota, no es para siempre. Falta sensibilidad y cuidar las cosas, porque se van a acabar rompiendo hasta los paisajes de las islas», cuestiona Sánchez.
En su lista de la compra le gustaría que hubiese siempre productos locales. «Estoy apegada a mi tierra y si pudiera, compraría los productos de aquí, pero ya prácticamente todo viene de fuera. Debemos cuidar también nuestra agricultura. Soy fan de la comida canaria», insiste la activista feminista a la vez que añade que «hay que hacer algo»con el modelo de negocio.
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