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Una mujere en plena vendimia en la zona de La Geria. J.L. CARRASCO

La vendimia logra salvar los muebles

Optimismo moderado. Tras un año loco por la pandemia, el sector cerrará una campaña no muy abundante, que llegará a los 1,6 millones de kilos, pero permitirá mantener las ventas

C. DE INZA

Arrecife

Domingo, 8 de agosto 2021

El sector vinícola de Lanzarote podrá al fin y al cabo, después de un año nefasto para muchos sectores, darse como se dice vulgarmente, con un canto en los dientes con la cosecha, en marcha desde inicios de julio y a la que apenas le quedan una se semanas para su fin, con no malos resultados

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Después de todo, de una pandemia que se ha llevado por delante miles de empleos, que ha barrido a sectores como el de la restauración o el turismo, en los cuales se apoya el consumo de vino de una forma especial. Después de el temor a que el vino se quedara almacenado en stock en las bodega con la isla seis meses sometida a nivel cuatro, por el escaso margen para ser vendido, y con el riesgo de que se juntara la producción de 2020 con la de este año, sin embargo, puede decirse que finalmente todos esos fantasmas se han alejado y al final va a lograrse una cosecha que según el Consejo regulador del Vino de Lanzarote (CR) va a poder calificarse de aceptable.

Lo deseable, hubiera sido una cosecha más abundante de en torno a los dos millones de kilos, -y si hubiesen sido 2,8 millones o 3,9 como ocurrió en 2018 y 2019 respectivamente, mejor aún-, pero después de la que ha caído, finalmente la campaña se situará en torno a los 1,5 o 1,6 millones de kilos y bien venidos van a ser. Esta es más o menos la lectura que hacen bodegueros y responsables del Consejo Regulador, que se conforman con lo que tienen, y más después de los temores que despertó ola de calor del pasado mes de junio, que si en lugar de durar tres días hubiera durado seis, probablemente hubiera arruinado la cosecha dejándola en unos exiguos 500.000 kilos.

Este año se recogerán unos 3.00.000 kilos de uva más que el pasado y se han dado de alta siete nuevas bodegas en el CR

De manera que esto es lo que hay y todos parecen estar más o menos saisfechos. Al fin y al cabo, bodegas y viticultores consultados señalan que más o menos se ha logrado salir de una situación que se veía como catastrófica, hace solo unos meses cuando la isla se vio inmersa en el cierre de bares, restaurantes y hoteles: Sin embargo, todos señalan que el sector supo reaccionar abriéndose a negocios de la alimentación y grandes superficies, y explorando nuevos canales de comercialización y marketing, con ventas on-line o en redes sociales, que al final han disipado todos los fantasmas.

En cuanto a la cosecha la producción superará a la del año pasado, que fue de 1.370.000 kilos de uva. Hasta el momento en lo que va de campaña iniciada a primeros de julio, se han recogido según datos del Consejo a día de ayer, 1.284.000 kilos en números redondos, una vez que toda la malvasía está ya en bodega y ya se ha entregado parte de listan. El reparto total de lo que se estima recoger al final sería de en torno a 1.240.000 kilos de malvasía unos 90.000 kilos de listan, unos 65.000 de moscatel y unos 40.000 de Diego millones, a los que habría que añadir otras variedades menores como tempranillo, shiraz y otras.

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El precio se mantiene respecto al año pasado en torno a los 2 euros o 2,10 el kilo de malvasía y 1,70 o 1,80 otras variedades. La calidad se espera que sea buena y este año se han dado de alta seis nuevas bodegas en el CR.

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