Se ha sacado varios títulos para entrenar, pero quiere llegar arriba. J.L. CARRASCO

El sueño del niño que vino solo en patera

Mohamed vino con nueve años, solo, sin nadie de su familia. Ha pasado toda su infancia en centros tutelados y ahora solo sueña con tener una familia y una profesión

C. DE INZA

Domingo, 1 de agosto 2021, 01:00

Mohamed vino a Lanzarote en patera cuando sólo tenía 9 años. Vino solo, con lo puesto. Su padre lo mandó unos días antes al desierto y Mohamed ni siquiera sabía que lo iban a embarcar. Le dijeron que pasaría unos días con unos amigos y a la tercera noche, de madrugada, lo subieron a una patera junto a otras 20 personas, todas adultas, salvo él. Recuerda que pasó mucho frío y miedo, todo el trayecto mareado y con la incertidumbre de no saber ni a donde lo llevaban. Tras varios días de navegación, desembarcó en Arrecife, en la playa donde yacen los restos del buque Telamón. No sabía ni una palabra de español y en seguida se vio solo, todos los que venían con él habían salido huyendo, así que anduvo hasta el bar que hay a la entrada del Puerto de Los Mármoles, donde una pareja de Policías tomaban café y se entregó a ellos. Así empezó la aventura de este joven saharaui de El Aaiun, que ahora con 27 años sigue luchando denodadamente por ganarse la vida, labrarse un futuro y poder tener una familia, ya que desde el año 2003 en que abandonó su casa de una forma tan abrupta, sigue estando solo en el mundo.

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Los policías que lo encontraron lo llevaron a un centro de menores tutelado por el Cabildo y de centro en centro es donde se ha criado. Desde su llegada no dejó de pasar miedo, «era el más pequeño y me pasaba la vida escondiéndome, tenía miedo por las noches y echaba mucho de menos a mi madre, -a la que todavía añora- lo que más echo en falta es su cariño, es muy duro no tener a nadie que te de algo tan sencillo como un abrazo».

Cuando cumplió los 18 tuvo que abandonar el centro y en los primeros meses una de las cuidadoras se lo llevó a casa, lo acogió en su propio hogar, junto a su familia, lo ayudó a tramitar sus papeles y le echó una mano en cuanto pudo. Meses después Mohamed se marchó a vivir a Playa Honda con otros chicos que conoció en el centro de menores, y así pasó varios años compartiendo piso. Desde entonces no ha dejado de trabajar en todo lo que ha podido, de jardinero, de repartidor de agua o de socorrista... y cuando buenamente puede manda dinero a su madre. Actualmente es socorrista del REM y vigila las piscinas de Punta Mujeres, donde vive solo en un apartamento alquilado. En este tiempo ha logrado sacarse varios títulos, el de socorrista, el Ciclo de Jardinería y Paisajismo, y varios de entrenador de baloncesto, gracias a la ayuda personas como Juan Carlos Arrocha Feo, presidente del Club Baloncesto Ariagona, en el que estuvo nueve años, o a Miguel del Club Deportivo Haría, Gracias a ellos Mohamed tiene ahora un sueño: tener una familia y poderse ganar la vida como entrenador.

Mohamed se ha pasado toda su vida solo, alejado de su madre y su familia, y lucha para un día poderse ganar la vida dignamente

En su camino, se ha topado con personas que le han ayudado como el exalcalde de Haría, Marci Acuña, a quien conoció como trabajador de los Servicios Sociales y cuando estaba al frente del Club Deportivo Haría. También habla con mucho cariño de Dolores Corujo, la actual presidenta del Cabildo, que fue directora del centro de menores que lo acogió. «Ambos siempre que pueden me ayudan», dice Mohamed agradecido.

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