Luis Ferrera, en su tienda Nabiluz. Juan Carlos Alonso
Especial 30M

«Yo hoy le vendo muebles a gente a la que le llevé su cuna a sus padres»

Luis Ferrera, originario de Teror, y desde su tienda, relata su historia. Nabiluz, es ya casi otro icono del pueblo. «Espero que la Virgen no me lo tenga en cuenta», bromea

Domingo, 25 de mayo 2025

Teror no se entiende sin la Basílica del Pino, su Virgen ni su famoso chorizo que tanto cautiva los paladares foráneos. Pero tampoco sin una tienda por la que cada vez pasan más clientes buscando dar vida a sus hogares. Nabiluz, que abrió sus puertas en 1992, es un establecimiento de venta de muebles y decoración que recibe visitas de todas partes del mundo. Luis Ferrera, cogió la tienda familiar —su padre había estado desde 1966 con empresas de mobiliario— con 27 años y hace bien poco sopló 47 velas. «Espero que la Virgen no me lo tenga en cuenta, cada vez tenemos nosotros más visitas...», bromea el interiorista durante su jornada laboral cuando los compradores le dan una tregua.

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Para Luis, Teror, de donde es originario, tiene algo especial. Y, aunque eso es lo que suelen decir los habitantes de los distintos pueblos —el mejor siempre es el de cada uno—, siempre brilla. «Tengo un vínculo muy grande. Yo hoy le vendo muebles a gente a la que le llevé su cuna a sus padres», recuerda con cierta nostalgia —«cómo pasa el tiempo»—. «Hemos tenido de clientes a abuelos, padres e hijos. En el pueblo esto es muy generacional. He visto a mucha gente nacer y también morir. Teror tiene tradición en eso. También siempre ha habido tradición de carpinteros. Me acuerdo cuando a mi abuelo venían a comprar tallados de todas partes de la isla», continúa Ferrera mientras echa la vista hacia el pasado.

Sus muebles han recorrido todas las islas menos La Gomera, que sepa Luis. «Hemos hecho envíos a todas las islas menos a La Gomera», cuenta con la satisfacción del trabajador incansable. «Nosotros trabajamos todos los días, nos movemos, buscamos cosas nuevas, variar el producto, poner un precio por debajo la tarifa... Si no avanzas, te estancas. Y cada vez hay menos tiendas específicas y sí más grandes superficies. Es un negocio muy maltratado», añade el empresario.

Como anécdota, el interiorista asevera que tiene «un cliente de Múnich que siempre que viene, pasa por aquí a comprar lámparas turcas», a la vez que señala que tiene consumidores en todas las islas. Para Luis, Canarias es «parte de mi identidad». «He estado viviendo fuera y yo decía que era canario y me abrían la puerta de todos lados. Viví en Austria y comentaba que era español y me miraban raro, pero decía que era canario y me acogían mejor», concluye con orgullo y sentimiento de pertenencia.

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