Playa del Inglés cambia las ruinas del toboplaya por un mirador al mar
El Consorcio Maspalomas invierte 615.000 euros y adecenta también la ladera, donde planta 500 ejemplares de 20 especies diferentes
El paseo Costa Canaria gana un mirador con vistas al mar de Playa del Inglés y a las dunas de Maspalomas y deja atrás más de 20 años de litigios judiciales y un parque acuático en ruinas, el Toboplaya, que durante años afeó una ladera de fuerte pendiente entre la senda costera y la calle Las Dunas. El Consorcio Maspalomas, entidad participada por el Cabildo y por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, ejecutó el proyecto, que desde este miércoles ha quedado abierto al uso público.
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La organización del acto recurrió a una puesta en escena un tanto inédita en la que una valla de obra hizo las veces de cinta inaugural. El alcalde, Marco Aurelio Pérez, en calidad de presidente del Consorcio, y el presidente del Cabildo, Antonio Morales, que ostenta la vicepresidencia de esta entidad, sustituyeron el tradicional corte de cinta por el desplazamiento de la valla.
Además de varios ediles del gobierno local, les acompañaron el primer teniente de alcalde, Alejandro Marichal, y la consejera insular de Administración Pública, Margarita Cubas, ambos miembros también de la Junta Rectora del Consorcio Maspalomas.
El proyecto ha supuesto un desembolso de 615.081 euros aportados por Turismo de Gran Canaria, 46.567 euros más que los 568.514 euros inicialmente previstos en el contrato de adjudicación. Este incremento en el coste se produjo por la necesidad de afrontar un modificado del proyecto original, según informó Pérez, un contratiempo que también alargó un par de meses, hasta siete, el plazo de ejecución de las obras. Según Javier Auré, arquitecto del Consorcio, todo se debió a que los trabajos se toparon con una canalización de red no contemplada en el proyecto.
Las obras las ejecutó en dos fases Transportes y Excavaciones Herodíaz S.L. La primera incluyó el desescombro, la demolición del antiguo Toboplaya –ya muy deteriorado–, los movimientos de tierra, la construcción de muros de contención y los drenajes. Y la segunda abarcó la jardinería de la ladera, en la que se plantaron unos 500 ejemplares de 20 especies distintas, todas xerófilas, la instalación de un nuevo pavimento y el alumbrado, así como el mobiliario urbano (bancos prefabricados con formas esféricas) y el reacondicionamiento de escaleras y muros, según detalla el Consorcio en un comunicado. En concreto, se instalaron tres luminarias verticales y ocho empotradas en los muros.
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Un espacio accesible para cumplir con el Plan General de 1996
Según explicó este miércoles el alcalde, la decadencia de este entorno, en primera línea de playa, tuvo su inicio en 1996, cuando el Plan General de Ordenación clasificó este trozo de ladera como zona verde pública, un terreno que era de propiedad privada y que albergaba el toboplaya, un parque acuático. Se inició entonces un largo proceso judicial que conllevó el abandono de las instalaciones, cerradas más de 20 años.
El litigio, ya con otro propietario, Katanga Inversiones, que compró este suelo en 2011, no culminó hasta este mandato, cuando el Ayuntamiento desembolsó 3,7 millones de euros en concepto de expropiación más por otro millón más por los intereses. Morales se mostró satisfecho por el rescate para el uso público de un espacio «fuertemente degradado y largamente demandado por la ciudadanía y los visitantes».
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