Los vecinos, en contra de las grandes galas y mogollones en El Refugio
Argumentan que los residentes de la zona resultarán perjudicados por las inmisiones de ruidos y vibraciones y otros efectos aditivos e indirectos: botellones, acumulación de basura, orines, malos olores, ruidos de obras, instalación, ensayos, recogida y limpieza, existiendo en la zona edificios catalogados de especial protección
El carnaval 'itinerante' de la capital grancanaria sigue sin colmar las voces de la ciudadanía con respecto a su próxima ubicación, una situación qeu se ha convertido en una cuestión redundante en los últimos años. En este caso, los vecinos de la zona de Eduardo Benot han mostrado su malestar ante la celebración de los eventos, conciertos, noches de carnaval y mogollones en el denominado Parque El Refugio.
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De hecho, explican en un comunicado que «en relación a las noticias publicadas en distintos medios», esta celebración donde en su tiempo estuvo el 'skate park', la ciudadanía residente este enclave de la parte baja de la capital ha mostrado a este medio su más absoluta oposición a que se celebren dichos actos en la parcela, pues es «una obviedad la contaminación acústica y ambiental que dichos eventos ocasionarán en una zona de uso predominante residencial, en la que hay edificios catalogados de especial protección. Sin ninguna duda, los residentes de la zona resultarán perjudicados por las inmisiones de ruidos y vibraciones y otros efectos aditivos e indirectos: botellones, acumulación de basura, orines, malos olores, ruidos de obras, instalación, ensayos, recogida y limpieza, etc», añaden.
En este sentido, argumentan que «los niveles de ruido previsibles para este tipo de eventos, dado la proximidad de la parcela, pueden alcanzar los 90 decibelios, superiores a los límites industriales, transmitiendo al interior de las viviendas unos niveles insoportables que impiden el uso normal de las mismas, tanto de día como de noche«.
Asimismo, insisten en que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, «que ya cuenta con precedentes de varias sentencias« que le condena por eventos similares, tiene »la obligación de velar por el mantenimiento de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona y de proteger a los vecinos, sus derechos fundamentales a la salud e integridad, intimidad personal e inviolabilidad del domicilio«.
Por lo tanto, los residentes de la calle Eduardo Benot y calles aledañas ejercerán las acciones legales «de toda clase que procedan», a fin de que no alteren sus condiciones de vida, ni sean vulnerados sus derechos fundamentales, que son de protección preferente, y requieren al ayuntamiento para que, como promotor, «cumpla la ley y no priorice los réditos económicos de actividades contaminantes incompatibles con el uso residencial».
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