Las Palmas de Gran Canaria

Los Tarahales recupera los árboles que le dieron su nombre

Hubo un tiempo en el que los niños del colegio público de Los Tarahales jugaban al escondite en los setos del parque que hoy lleva el nombre de Cayo Ramírez. Un manto de tarahales les protegía, convertido en un refugio en el que solo les delataba la tierra del suelo y la sordina de las risas. Hoy apenas quedan tarahales en el barrio, que perdió los arboles que le dieron su nombre; por eso los vecinos han demandado su regreso a sus parques y parece que volverán a crecer.

Este miércoles un equipo de operarios de Parques y Jardines trabajaba en la zona del parque, junto al colegio y la que durante muchos años fue conocida como la cancha roja. Allí plantaban 35 tarahales procedentes de vivero con los que se trata de completar la corona que bordea la zona ajardinada y linda con la carretera general.

Esta actuación se desarrolla desde el área que tutela Gemma Martínez (Unidas Sí Podemos), que ha respondido a la demanda que le plantearon los vecinos cuando desde su concejalía acudieron a visitarlos al barrio. Los Tarahales también ha solicitado el retorno de los árboles que le dan su nombre a la Recta, esa carretera troncal que se encuentra en obras desde agosto del pasado año. Esa recuperación depende de Geursa, empresa del área de Urbanismo. Este periódico solicitó información al respecto hace semanas al gabinete de comunicación del Ayuntamiento y no ha obtenido ninguna respuesta.

El barrio quiere recuperar el verde que le caracterizó en otros tiempos. Este miércoles algunos vecinos recordaban cuando la carretera de la Recta se encontraba poblada de tarahales a los dos lados. Una acequia, que llegó hasta los años 90 y transportaba un hilo de agua antes de que la carretera quedara completamente engullida por los coches expuestos por los concesionarios de segunda mano que dominan toda la carretera de arriba a abajo y que han convertido en una odisea aparcar en la zona.

Los 35 tarahales que se han plantado son benjamines de tamaño medio, que desde Parques y Jardines explican que convivirán con los consolidados y de gran porte que han sobrevivido a las obras. Y al daño ocasionado por los propios ciudadanos que demandan su retorno. «Muchos pisan y arrancan los que están para ahorrarse camino y cruzar la carretera», indicaba un encargado de zona.

Es complicado que el parque de Los Tarahales recupere el verde de otros tiempos. Las fincas que cubrían el barrio hoy han sido completamente transformadas por la urbanización de Siete Palmas o por la expansión de La Paterna. Pero al menos quieren que el árbol que bautizó la zona vuelva a brotar y de sentido de pertenencia a sus jardines.

Los responsables de plantar estos 35 benjamines explican que son árboles de crecimiento rápido, y que no tardarán mucho a cerrar el anillo que rodea el parque. Los vecinos esperan que eso suceda y así completar la recuperación de un icono que había sido casi extinguido del viejo barrio de casas terreras.

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