«Esto es un problema de insalubridad»
Rafael González pide una solución a las filtraciones de aguas fecales que sufre su casa de Escaleritas y que obliga a sus dos hijos mayores a dormir en el salón. «Que arreglen las alcantarillas», exige
«No pido que me arreglen la casa, sino que arreglen las alcantarillas», reclama Rafael González, un vecino de la calle Ingeniero Ramírez y Doreste, en el barrio capitalino de Escaleritas, que denuncia el problema de filtraciones de aguas fecales que sufre en parte de la que es su residencia desde hace 23 años.
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Asegura que esta situación se ha ido repitiendo desde hace varios años y que «de manera paulatina ha ido a más» hasta llegar al momento actual. «De tres meses para acá ha sido el remate», comenta.
«Esto es un problema de insalubridad», expone mientras señala el estado que presentan las paredes de la habitación de sus dos hijos mayores, la más afectada ya que da al patio trasero, donde señala está el origen de sus males, pues apunta que es donde se encuentra la alcantarilla en la que vierte un edificio «de la calle de arriba», la vecina Juan Rodríguez Quegles, y «como la red está partida, obstruida y obsoleta, se filtra en el subsuelo» y llega hasta su casa.
El problema es de tal calibre que los chicos han tenido que trasladar las literas en las que duermen al salón. «Los olores muestran lo que estoy diciendo, porque si no fueran aguas fecales no olería de esta manera», dice en una habitación que entiende «perdida» como «la mitad» de su casa.
Rafael reconoce la «frustración» que tiene «por, como cabeza de familia, no poder cuidar de los chiquillos».
Por eso explica que ha «recorrido todos los altares» en busca de una solución, pero «el caso que te hace la administración es poco», dice después de haber expuesto su problema tanto al Ayuntamiento como a Emalsa, «que se pasan la pelota» e incluso «a Salud Pública».
Pone como ejemplo de lo que dice el hecho de que «pedí cita en agosto en la Concejalía del Distrito y me han dado hora para el 27 de septiembre», pero «yo no puedo estar más con este problema tan grande».
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Este vecino asiste impotente al deterioro de la vivienda que adquirió hace más de dos décadas, porque explica que mientras continúen esta filtraciones, «las paredes seguirán chupando» esas aguas pestilentes y «aunque las limpiamos con lejía y un trapo», el mal olor persiste.
Rafael explica esta circunstancia mientras en el patio trasero de su vivienda unos operarios de Emalsa succionan las alcantarillas que él señala como causa de las filtraciones, «pues hacen de pozos negros», mediante una manguera. Pero dice que «la limpieza no es suficiente», además de que esta actuación que antes se hacía a menudo, «hacia tres semanas» que no se acometía.
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«Mi contador está parado, y si tuviera alguna pérdida estaría corriendo», por eso pide una solución «a quien le corresponda».
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