«Nos preocupa cómo están los cimientos»
Vecinos del bloque 11 de la tercera fase de Jinámar reclaman al Ayuntamiento una solución al problema que sufren hace 15 años por «una alcantarilla de pluviales que no tiene salida»
rebeca díaz
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 8 de marzo 2021, 00:12
«Llevamos 15 años sufriendo esto», explica Fernando Sosa, vecino del bloque 11 de la tercera fase de Jinámar, al referirse a las filtraciones de agua que registra este inmueble ubicado en la zona del barrio que pertenece a Las Palmas de Gran Canaria y que se traduce en humedades e inundaciones en los bajos del mismo. Un espacio «hueco de 1,25 metros de altura» en el que se empoza «ese agua que es limpia, no es fecal», dice.
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En 2018 los daños comenzaron a ser evidentes «y empezamos a tener averías», apunta Francisco Hernández, también residente en el edificio, que confirma que esa humedad ha dañado cables tanto del ascensor del bloque como de las viviendas de algunos vecinos. «Los hay que han tenido que cambiar los cables en su casa por la humedad», expone.
Ante esta situación, decidieron acudir al Ayuntamiento al entender que «el alcantarillado tenía problemas y había filtraciones, y para pedirle que viniera a revisar las tapas». Por eso aseguran que remitieron varios escritos y fotografías que ilustraban el problema que denunciaban. Pero «aquí nadie ha contestado nada», señala Fernando Sosa.
Quienes sí respondieron a su solicitud de acudir a inspeccionar la zona fue Emalsa. «Hace un año y medio vinieron, hicieron pruebas, vieron el agua en el bajo y nos dijeron que el alcantarillado estaba bien y que era un problema nuestro y que teníamos que buscar la fuga» porque, además, «el Ayuntamiento les había dicho «que era una zona común del edificio y no era cuenta de ellos», explica Fernando Sosa.
Pero los vecinos señalan que tenían el pleno convencimiento de que el origen de la presencia del agua no podía estar en el propio edifico, «porque por esa zona no hay tuberías, están todas por dentro», y sin embargo seguían teniendo filtraciones «cada vez que llovía o limpiaban la calle».
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Por eso continuaron reclamando a las autoridades locales una respuesta al entender que las arquetas que se inundan y filtran están en una parte de la calle de titularidad municipal.
Además, Fernando Sosa explica que acudió a Vivienda del Gobierno de Canarias para solicitar las escrituras de los solares en los que en su día se construyó la urbanización. Dice que tuvo la fortuna de dar con un trabajador que «hizo la división horizontal» de la misma y que «me confirmó que esa parte de la acera no era de la comunidad sino del Ayuntamiento, que la puso cuando hizo el aparcamiento» que limita con el bloque, quince años atrás.
Los vecinos señalan que las filtraciones han continuado «y en dos ocasiones hemos tenido que contratar una cuba para aspirar el agua del bajo», porque «en verano nos comen los mosquitos» y también han detectado la presencia de ratas. Una situación que más allá del coste económico que supone para la comunidad de propietarios, les tiene en vilo porque temen que la estructura del bloque esté dañada o lo pueda estar en un futuro. «Nos preocupa cómo están los cimientos», señalan.
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Apuntan que «hace siete meses pintamos la parte baja del edifico» y «se trató el hierro con un cemento especial para forjados» porque se encontraba en mal estado por la acción del agua. Pero «la humedad ya está botando la pintura», indica Francisco Hernández.
Los vecinos explican que han seguido denunciando su situación empeñados en buscar el origen de este problema, pues aseguran son los únicos de la zona que lo tienen. «El resto de edificios no tienen humedades», afirman.
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Sin salida de pluviales
Comentan que «hace un mes y medio» dieron por fin con el «origen del problema». Explican que, con motivo de las importantes precipitaciones que se registraron en el municipio, volvieron a rebosarse las alcantarillas y a tener filtraciones, y que los operarios de Emalsa que acudieron a la zona «nos dijeron que la alcantarilla de pluviales que se puso cuando se hizo el aparcamiento no tiene salida». «Es como un bidón de dos metros que cuando se llena, se rebosa, y como es en pendiente, inunda la acera y se filtra al bajo», aseguran.
«El agua que nos entra es de lluvia y de limpieza porque la alcantarilla no tiene salida y consideramos que necesita una obra urgente, porque llevamos 15 años sufriendo esto, desde que se hizo el aparcamiento», critican.
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Además, señalan que Emalsa les dijo en su momento que «ellos solo hacen mantenimiento y suministro, no obras, que ese en un trabajo del Ayuntamiento, de Vías y Obras».
Los vecinos afectados alertan de que bajo esa zona hay «tierra que se va minando» con la acción del agua e insisten en su preocupación por conocer el estado de los cimientos de su bloque. «Nuestro miedo es que el edificio se nos venga abajo», confiesan.
Por eso solicitan al Consistorio capitalino «que se haga responsable de cómo está el edificio, que vengan y den la cara, porque somos gente obrera».
Asimismo, los residentes en esta parte de Jinámar lamentan el abandono que sufren en aspectos como el mantenimiento de las vías, de las zonas ajardinadas, «con palmeras que no podan y están a punto de caerse», y por carecer del servicio de transporte público que opera en el resto del municipio. «Aquí no llegan las guaguas amarillas», se quejan.
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