«Parece que están dejando morir esta calle»
Vecinos de Matías Padrón denuncian que el Ayuntamiento está dejando de prestar servicios para forzarles a negociar su expropiación
La intención de que una parte de la calle Matías Padrón, en concreto el lado tierra entre Carvajal y Pamochamoso, iba a convertirse en un parque no era nueva. Los propios vecinos habían presentado alegaciones contra la disposición contenida en este sentido en el Plan General de 1989. Tras una primera expropiación, el paso del tiempo había jugado a su favor y había dejado este proyecto durmiendo el sueño de los justos. Pero el urbanismo es inexorable. Y este año los residentes se encontraron, de la noche a la mañana, con que una piqueta tiraba uno de los edificios de la calle. Los residentes que quedan se quejan de la falta de información.
Publicidad
Iván Suárez es el portavoz de una de las dos comunidades de propietarios que siguen activas fuera de la portada, donde el religioso Matías Padrón ayudó a tantos a escapar de la epidemia de cólera que afectó a la ciudad a mediados del siglo XIX. Casi dos siglos después, algunos vecinos lamentan que a la preocupación por la nueva pandemia se una el miedo a la piqueta y a la desinformación.
Suárez asegura que desde que se retomaron los derribos, hace un mes, ya no se cuida la zona. Parece mentira que el hecho de que el camión de basura ya no interrumpa tu sueño a las tres de la mañana pueda ser entendido como un mal presagio. Tampoco a nadie le parece preocupar el hundimiento de la acera que se ha producido a las puertas del bloque donde reside. Un tablón sobre la acera y un cono de obra son las únicas advertencias que protegen de la caída. Un mes y medio más tarde y ocho denuncias después, el socavón profundiza la teoría del abandono.
«Están dejando de prestar los servicios», denuncia Suárez, «es una coacción a los vecinos». El representante vecinal asegura que antes el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria atendía con mayor celeridad las quejas y peticiones ciudadanas. Pero ahora considera que «están dejando morir la calle» porque así será más sencillo conseguir un acuerdo expropiatorio.
Desde hace nueve años
La expropiación es necesaria para adquirir un suelo que el planeamiento destinó a un parque. La operación urbanística afecta a dieciséis propiedades, que el Ayuntamiento ha ido comprando desde el año 2012. La ciudad ya dispone de nueve, pero aún le queda hacerse con siete. De ellas, de acuerdo con la información facilitada en la última comisión de Desarrollo Sostenible por parte del concejal de Urbanismo, Javier Doreste, ya se ha cerrado un acuerdo de adquisición con los propietarios de tres inmuebles -la de la esquina de Carvajal y los números 55 y 57 de Matías Padrón; se ha hecho una nueva oferta a los dueños de otras dos casas, y se está a la espera de su respuesta; y quedaría por negociar la expropiación de dos bloques.
Publicidad
Uno de ellos es el que representa Iván Suárez, quien advierte que ya hay media docena de residentes que se oponen a la medida expropiatoria.
Se ha producido en el barrio una reacción contraria a la operación por el hecho de que no han recibido la información suficiente. «La oficina de Participación Ciudadana está solo a unos metros de aquí y a nosotros nadie nos explica nada», prosigue el portavoz de los vecinos.
Ha sentado mal el hecho de que el bloque en el que vive Suárez se haya esforzado por mantener su edificio y, sin embargo, la demolición del inmueble contiguo les haya causado daños. «Nos hemos gastado unos 16.000 euros en impermeabilizar la azotea, la semana que viene nos traen el ascensor nuevo y lo hemos puestos al día», añade, «cuando tiraron el otro edificio, nuestras viviendas temblaban y los espejos se caían al suelo».
Publicidad
Pese a todo, dicen estar «dispuestos a ser realojados», si bien lamentan que «no tenemos comunicación de nada ni de nadie».
Por eso, lanza la siguiente pregunta: «¿Dónde está el alcalde, Augusto Hidalgo, que vive a pocas calles de aquí y sabe lo que nos está ocurriendo? ¿Dónde están la participación y la conciliación?».
Pese a sus quejas, reconoce que no ha solicitado una reunión formal con el concejal de Urbanismo. Sí se han puesto en contacto con el funcionario al que se le ha encomendado la labor de impulsar la operación urbanística de crear un parque en esta zona. Pero demanda «una reunión», que es «lo único que pedimos», ya que la información que se les transmite es que «vamos a ser expropiados y que los edificios se van a tirar».
Publicidad
El concejal Javier Doreste manifestó en la última comisión de Desarrollo Sostenible que tiene sus puertas abiertas para atender a estos vecinos. «Basta que pidan cita para que los recibamos», dijo en aquel momento. El responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria insistió ayer en que si piden una cita, se les atenderá «para estudiar sus demandas y ver cómo mejorar su situación, darles más información y recoger sus propuestas».
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión