«Ya no se oyen ruidos ni escándalos»
Vecinos de la calle Princesa Guayarmina, en la capital grancanaria, se reconocen aliviados por el desalojo y tapiado de una casa okupada
Los vecinos de la parte baja de la calle Princesa Guayarmina, en el barrio capitalino de La Isleta, han recuperado «la tranquilidad» que aseguran «siempre ha habido en esta zona». Una circunstancia que se vio alterada hace unos meses cuando la vivienda ubicada en el número 29 de esta vía se vio okupada por personas que, denuncian, la convirtieron «en un foco de droga».
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En la mañana de este jueves, cerca de media docena de agentes de la Policía Nacional se personaron en la vivienda para, atendiendo a una orden judicial de desahucio, proceder a desalojar a las personas que venían okupándola.
«Los policías venían armados hasta los dientes, traían cascos y escudos», explica un testigo de una intervención que se saldó con el desalojo de los individuos que venían alterando la convivencia en esta parte de La Isleta y el posterior tapiado de la casa por parte de sus legítimos propietarios.
«Le pregunté a un policía si iba a ser lo mismo de siempre, que sacan a los okupas y a los 20 minutos vuelven. Pero me contestó que esta vez no iban a volver porque era un desahucio», comenta un afectado por una situación que denunciaron en CANARIAS7 el pasado 2 de diciembre.
«Los dueños llevaban intentado hacer esto hace tiempo pero ha sido un proceso lento hasta que el juez tramitó la orden para sacarlos de ahí y poder tapiar», relata otro vecino perjudicado por una situación que no duda en calificar de «horrorosa».
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Asegura que ahora son muchos los residentes que como él siente «alivio» y se encuentran «mucho más relajados».
Sin descanso
Y es que comenta que la situación que se vivía era extrema ya que las molestias se producían a todas horas sin respetar el descanso, porque el trasiego de gente a la zona a comprar o consumir sustancias estupefacientes era constante.
«Ahora esto es otra cosa, ya no se oyen ruidos ni escándalos», dice. Añade que además de recuperar su «tranquilidad» han acabado con la «sensación de inseguridad que nos estaba generando porque ya no era lo mismo ni salir a la calle, porque se veía a cada elemento por la zona que daba miedo».
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Los vecinos afectados recuerdan que en este tiempo que han convivido con las molestias que generaban los okupantes y quienes acudían en buscar de droga a esta vivienda, las llamadas a la Policía eran constantes. «Pero nos decían que no podía hacer nada si los propietarios no interponían una denuncia», indican.
Denuncia pública
Consideran que haber dado a conocer su situación en la edición impresa y digital de este periódico «ha ayudado a agilizar la cosa y afortunadamente no ha tardado tanto tiempo en solucionarse».
Los residentes insisten en esta zona de la calle Princesa Guayarmina siempre ha sido «muy tranquila» pero que «al meterse esa gente allí, se trastocó todo».
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«Es un respiro porque hemos recuperado la tranquilidad», dicen unos ciudadanos que estaban cansados de «oír golpes en las puertas, gritos y gente que te pedía dinero a todas horas en la puerta de tu casa».
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