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Los rostros del barrio
Esther del Rosario: Lo próximo como forma de vidaLos que hacen vida en los centros comerciales de Las Palmas de Gran Canaria reconocerán la marca de Esther Home, negocio que recorre toda la ciudad pero que viene del barrio. Concretamente del Lomo los Frailes, donde nació como comercio de proximidad y así seguirá siendo mucho tiempo porque así lo defiende su creadora: Esther del Rosario Guerra.
Fue en ese barrio que se desgaja de Tamaraceite y cuya expansión en la década de 1990 fue frenética donde esta mujer de potente personalidad y mirada colectiva puso en marcha su negocio. Allí confluyeron sus pasiones por lo cercano y la decoración, algo que empezó pequeñito y que hoy ocupa espacio en las grandes superficies de la ciudad.
Hoy es una empresaria destacada en su sector, pero tiene claro que todo tiene que ver con sus comienzos. «Se lo debo todo a este barrio. A cómo respondió la gente cuando abrí la tienda al principio. Sobre todo cuando llegaron al barrio las viviendas de protección oficial, que fue cuando el negocio empezó a crecer», indica.
Fue un tiempo extraño. El barrió multiplicó su población, «creció muchísimo. Pero en este caso yo creo que fue para bien», matiza una figura que llegó a estas calles hace décadas desde el barrio de San Roque y con sus orígenes familiares ubicados en el municipio de Moya.
Esther del Rosario no para de bendecir al Lomo los Frailes, su barrio. Destaca, por ejemplo, que cuenta con la única biblioteca del distrito. O la actividad que se vive en su parque principal, para el que demanda mejoras urgentes. Pero para ella nada sería así sin su tejido comercial. «Cuando yo llegué al barrio había negocios de toda la vida como el bazar de Teresita o el Pagapoco. El Betania. El barrio siempre ha tenido mucha actividad, las fiestas fueron muy populares. Y los deportes como el fútbol o la lucha canaria. Pero este barrio le debe mucho a sus negocios y es algo que no me gustaría que decayera sino que fuera una gran zona comercial abierta», explica.
Esther tiene una vida laboral extensa. Recuerda que fue a los 12 años cuando comenzó a trabajar, eran otros tiempos, pero también repasa el momento clave de su vida, cuando con solo 26 años cumplió su anhelo de tener su propio negocio. «Abrí mi tienda de ropa pero con el cierre del cruce y de la carretera principal atravesé una gran crisis. Llegó el boom de los todo a 100 y liquidé la ropa y monté el 150. Hasta que fui añadiendo otras ideas, porque la decoración siempre ha sido mi ilusión», relata.
Multiprecios Esther sigue siendo un negocio visible en esa gran manzana del Lomo los Frailes que desemboca en la Asociación de Vecinos Rayco y en la Iglesia, esa rambla comercial que bordea el parque en el que los vecinos se desfogan jugando a la petanca.
Allí tiene claro Esther que volverá a ubicar el corazón de su oficio cuando los años pasen. «Estar en los centros comerciales me ha permitido crecer mucho pero tengo claro que cuando cierre esos negocios continuaré aquí, en mi tienda del barrio, intentado que esta zona comercial siga muy viva», añade.
Será como volver a los tiempos en los que abrió su negocio. «Estuve muchos años trabajando sola, hasta que empecé a viajar a ferias fuera de la isla, para conocer mejor el mercado. Mirar precios, conocer marcas... Y allí fue cuando comencé a contratar personas. Tengo muy buen personal, hay conmigo personas que llevan más de 20 años».
María Esther del Rosario Guerra es una persona que se implica en lo suyo pero que amplía las horas de su día para pensar en lo colectivo. Es vocal de distrito del Partido Popular en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria pero no tiene ningún problema en convertirse en interlocutora de los vecinos en las demandas que quieren transmitir a los distintos partidos con responsabilidades en el reparto competencial del pacto de gobierno en la ciudad.
Esther del Rosario conoció pronto la mecha vecinal que prendía por las mejoras que la zona necesitaba. Personas que han peleado porque desde las Oficinas Municipales o donde correspondiera se atendieran sus problemas: «Este ha sido un barrio en el que los vecinos se han implicado mucho siempre. Gente de la que no me puedo olvidar como Tomás El Bombero, Juan López, Carmen Guerra, Boro... Presidentes de la asociación de vecinos, personas que eran muy luchadoras. Personas como Rosita que siempre ha estado muy vinculada con las fiestas pero que este año está algo malita y sin ella es difícil», señala.
Y es que este año en el que no habrá fiestas en el barrio siente un pinchazo de nostalgia. Extraña tiempos como aquellos en los que desde su tienda tenía una alianza con el mítico Pagapoco para organizar un pase de modelos en los días en los que las calles rebosaban de vecinos con ganas de hacer comunidad.
Mientras tanto seguirá gestionando sus negocios mientras el Multiprecios seguirá allí, en el Lomo los Frailes, como emblema de un negocio de proximidad que pese haber crecido y llegado a todos los rincones de la ciudad tiene claro dónde está su casa. Igual de claro que lo tiene Esther del Rosario Guerra.
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