Más de cuatro décadas velando por Las Mesas
La asociación Yasmira cumple 46 años de trayectoria en los que la lucha vecinal ha sido determinante para dotar a este barrio de Las Palmas de Gran Canaria de servicios básicos como alumbrado, alcantarillado o transporte público. Una labor que hoy continúa
La imagen de Pino Guerra subida a la primera guagua de transporte público que prestó servicio en Las Mesas tocando el tambor se exhibe en el local de la asociación de vecinos Yasmira, de la que fue presidenta, como símbolo de la lucha de los residentes en este barrio de Las Palmas de Gran Canaria que a principios de los años 70 del pasado siglo constituían un puñado de casas de autoconstrucción repartidas en una zona que ha experimentado un crecimiento considerable en población y edificaciones, en buena parte propiciado por la circunvalación.
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El barrio hoy dista mucho del que conocieron residentes como Juana Martel hace 47 años, cuando llegó a vivir a una zona «en la que no teníamos ni calles, ni alumbrado, ni colegio, ni alcantarillado y el centro de la calle era un riachuelo con las aguas fecales. No teníamos nada, absolutamente nada», explica quien en la actualidad ejerce como vocal de una asociación vecinal a la que pertenece casi desde su fundación, en abril de 1978.
«El que viene ahora a vivir se piensa que esto estaba así desde el principio», dice en referencia a lo mucho que se ha conseguido en este núcleo poblacional del distrito Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya. «Pero esto ha sido una lucha continua», aclara destacando el papel que han desarrollado unos vecinos que se organizaron en torno a una asociación que se ha empeñado en lograr mejoras para las personas que habitan en Las Mesas. Un objetivo que mantiene en la actualidad.
Precisamente reconocer esa lucha que impulsaron tantas personas preocupadas por un barrio que carecía de servicios básicos es lo que llevó a la actual junta directiva de Yasmira a organizar un acto con motivo del 46 aniversario de la asociación, el 13 de abril, en la plaza que hoy lleva el nombre de Pino Guerra. Una de esas personalidades que trabajó por el bien común de Las Mesas, como explica Mari Paz Cano, secretaria de la entidad vecinal.
Así, apunta que en el pequeño discurso que ofreció ese día tuvo palabras de recuerdo para vecinos como la propia Pino Guerra pero también para Vicente Marrero, Alicia, Cándido Rodríguez, Paco Rubio, Pedro Aguiar, Elizabeth Ribas, Antonia Mendoza o la actual presidenta Pilar Piñeiro. Aunque si hay un nombre que se reseña con especial relevancia en la historia de Yasmira por el trabajo que desempeñó en una época crucial para el barrio es el de Paco Acosta. Pues fue el impulsor de muchas de las acciones reivindicativas de los 80.
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Explica Mari Paz que estos líderes vecinales, y los muchos residentes que arrimaron el hombro aportando su tiempo y esfuerzo, fueron los artífices de mejoras que de otra manera entiende que se hubiesen dilatado mucho más en el tiempo.
Juana corrobora las palabras de Mari Paz pues sabe de primera mano lo mucho que hubo que movilizarse para hacerse oír ante las instituciones y tener los servicios que se disfrutaban en otros barrios de la capital grancanaria.
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«Ni entraba el camión de la basura, y cuando empezó a entrar cada vecino tuvo que comprarse un bidoncito que yo todavía conservo. Primero empezó a entrar una vez por semana, después dos veces, hasta que conseguimos que viniera todos los días.Pero eso fue lucha, lucha, lucha», relata a modo de ejemplo de lo mucho que se ha trabajado desde el movimiento vecinal cada logro obtenido en Las Mesas.
Después vendrían otras batallas para conseguir la urbanización del barrio, el alcantarillado, el colegio o el campo de fútbol sin olvidar la llegada de la primera guagua o la carretera. Todas se pelearon con el convencimiento de que Las Mesas no merecía menos y con acciones como una cacerolada con linternas y velas desde La Cazuela a Tamaraceite o las manifestaciones que permitieron «proteger la zona de pinares al final de la calle Democracia».
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También en el barrio recuerdan otros hitos como tener un local para la asociación, que se inauguró 1990, pues hasta entonces las reuniones se hacían en casas de los vecinos.
Retos
Pese a lo conseguido, Las Mesas sigue reivindicado mejoras como que Guaguas Municipales preste servicio a un barrio al que solo llegan las líneas 223 y 319 de Global. «Esa es una lucha», reconoce Mari Paz.
Añade que lo que piden, «en definitiva, es un mejor servicio de guaguas, ya sea amarilla o azul» para que haya una frecuencia de «20 minutos, no como ahora, que hay una guagua cada hora a San Telmo y otra cada dos horas a Santa Catalina». Y también solicita marquesinas para las paradas existentes que les proteja de las inclemencias del tiempo.
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Otra demanda es contar «con una salida peatonal» del barrio «porque desde la creación de la autovía nos dejaron sin ella» y «nos no dejaron ni sendero ni puente levadizo».
Además, reconoce que el bario se ha convertido en un escape para quienes se quieren evitar «los atascos que se forman en Piletas», lo que implica que «todo Teror pasa por aquí», con el perjuicio que eso supone para los residentes en Las Mesas.
Asimismo, desde Yasmira se reivindica «más zonas de ocio porque el barrio ha crecido y solo tenemos la plaza de Pino Guerra» o que se solucione el problema de la calle Guamasa, que se quedó sin urbanizar y sufre reboso de aguas fecales cuando llueve.
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Pero también, reclaman la renovación general de un alcantarillado que dicen se ha quedado obsoleto y no responde a la realidad de Las Mesas.
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