Cae parte del muro del estanque de Cruz de Piedra: «Si llega a haber niños, no lo cuentan»
Un vecino del barrio alerta del estado del viejo elemento hidráulico, que lleva décadas en estado de descomposición. Pide actuación en la zona
Continúan las pesadillas para los vecinos y vecinas de Cruz de Piedra. Y es que la tarde de este lunes se desplomó parte del muro de contención del antiguo estanque del barrio de la capital grancanaria. Así lo informó Luis Sánchez, vecino de la zona, un día después.
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«Cuando un señor que vive por aquí me dijo que vio caer los trozos, me dirigí rápidamente al lugar. Estaba la policía, aunque no pudieron hacer mucho», explicó al otro lado del teléfono. «Serían las seis y media de la tarde», puntualizó.
Sánchez alertó del estado del viejo elemento hidráulico, ubicado en la calle San Francisco de Paula, en la ruta del Hospital Juan Carlos I, que lleva décadas en estado de descomposición. Él, al igual que otros vecinos, presiente la tragedia, al tratarse de una zona en la que juegan niños y muchas personas pasean a sus perros. «Gracias a que no habían niños por allí en el momento del derrumbe, porque si llega a haber, no lo cuentan», se lamenta.
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Décadas de reclamos
El vecino de Cruz de Piedra aseguró que han reclamado soluciones al Ayuntamiento de Las Palmas durante décadas, pero que, aún así, «siguen sin hacer nada, ni siquiera han puesto medidas de prevención», afirma.
Es por ello que vuelve a pedir actuación en la zona. «Ahora el peligro es mayor, por eso necesitamos ayuda», afirma Sánchez. «Si alguien pasea por el lugar por la noche y no se da cuenta de que no hay un muro, cae directo al estanque, que no tiene agua. Y dudo que sobreviva a la caída».
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Pero no es solo la situación del estanque lo que tiene sin dormir a la comunidad vecinal de Cruz de Piedra. «Son muchas más cosas, siempre nos hemos quejado, pero no nos hacen caso», señala Sánchez. El mes pasado, el redactor David Ojeda pudo hablar sobre ello con algunos de los residentes en el barrio y lo contó en CANARIAS7.
Las demandas son muchas. «La calle Sierra Nevada, apenas unos metros más allá del estanque, lleva seis años cerrada y con la promesa incumplida de su reapertura. El propio Castillo es una infraestructura decadente a la que no se le encuentra solución. Y el mirador de la Punta del Diamante ha pasado de futuro balcón de la ciudad a un simple escenario para el botellón», escribió Ojeda.
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