Cuenta atrás para sacar del olvido a los arrojados a la Sima de Jinámar
Dos inspectores del Cabildo salen del tubo volcánico convencidos de que los restos de los republicanos asesinados están antes del fondo
Los inspectores de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria Xavier Velasco y José Guillén volvieron ayer del interior de la Sima de Jinámar con una muestra de hueso para determinar si es humano o no y la convicción de que los restos de los republicanos arrojados a este tubo volcánico de Telde en la Guerra Civil tienen que estar en el último derrubio, antes de llegar al fondo, bajo los sedimentos caídos en las últimas décadas.
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Tras varios horas recorriendo el interior de la Sima, Velasco y Guillén no encontraron restos humanos en superficie, pero sí basura y restos animales en el mismo punto de la Sima del que se traen un hueso. A primera vista, su impresión es que «pueden estar a entre un metro y dos metros y medio debajo del nivel actual de sedimentos», detalló el primero de ellos.
A partir de ahora los dos especialistas planificarán la ejecución de un sondeo arqueológico que, en principio, quieren realizar tanto en el exterior de la Sima, en el entorno de su boca de acceso, como en el interior. Con el primero buscarán evidencias de que allí fueron asesinadas personas antes de ser arrojadas, como casquillos. Con el segundo emprenderán la recuperación de los cuerpos escondidos para su posible identificación.
Velasco adelantó que los primeros movimientos de tierra en busca de evidencias exteriores y de restos humanos en el punto señalado podrían tener lugar antes de fin de año. Será la primera intervención arqueológica en la sima del olvido.
La tradición oral basada en los testimonios verbales de las familias sobre las purgas de la represión franquista habla de unas cien personas arrojadas a este tubo, sobre todo vecinos de Las Palmas de Gran Canaria y Telde en las sacas practicadas ente marzo y abril de 1937.
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Barrio de Las Viudas de Agaete
Pino Sosa, presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Arucas, incluyó ayer en la posible lista de asesinados en la Sima a algunos de los 19 hombres que los falangistas se llevaron de la vecindad del Valle de Agaete conocida a partir de entonces como el barrio de Las Viudas.
No han aparecido todavía entre los cuerpos recuperados en los pozos de Las Brujas y de Tenoya, en Arucas, aunque existe ADN de sus familiares para lograr la identificación.
«La primera impresión es que el espacio es más complicado de trabajar de lo que habíamos previsto», relató Xavier Velasco al regresar a la superficie.
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A las dificultades que entraña el propio terreno, se suman las basuras arrojadas al interior de esta fosa común durante años. Por eso otro de los propósitos de esta actuación es valorar la posibilidad de una limpieza del interior del enclave, con el ánimo de dignificar este lugar de la memoria Histórica.
Los próximos pasos
En paralelo al diseño de la intervención arqueológica en la Sima, Patrimonio Histórico tiene previsto convocar una reunión con las asociaciones memorialistas de Gran Canaria en la que expondrá los datos disponibles y las acciones que pueden ponerse en marcha.
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Asimismo, ha previsto que antes de fin de año se mejore la señalética informativa de este lugar y otros espacios de la memoria traumática de la isla, como los pozos de Tenoya y Las Brujas, en Arucas, y el cementerio de Las Palmas, en la capital.
La Sima de Jinámar fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Sitio Histórico en el año 1996 y quedó amparada en la máxima figura de protección que contempla la legislación sectorial en materia de Patrimonio Histórico.
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Dirigentes y afiliados
Este tubo volcánico sirvió para el asesinato extrajudicial y el ocultamiento de un número sin determinar de personas durante la represión que siguió al Golpe de Estado y a la sublevación militar del 18 de julio de 1936 y que básicamente tuvo como objetivos a dirigentes sindicales y afiliados de las organizaciones populares republicanas.
Hasta el momento, el Cabildo ha asumido el cierre que rodea el acceso a la Sima, por el evidente peligro de caída al interior, y la instalación de un panel informativo en el que se informa de su naturaleza histórica.
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Además, está incluida dentro del contrato de mantenimiento de yacimientos arqueológicos y sitios etnográficos, lo que supone una visita al mes de seguimiento y limpieza.
En los años 70 se hablaba de una docena de esqueletos a la vista y el último descenso lo hizo la UCO de la Guardia Civil buscando los cuerpos de los menores desaparecidos Yeremi Vargas y Sara Morales. No los hallaron y los pocos restos que encontraron se conservan en el Museo Canario, como los de al menos cinco personas rescatados de la Sima en diferentes momentos, incluyendo un cráneo con un orificio de disparo en la cabeza. No han podido ser identificados por falta de familiares con los que comparar su ADN.
«Olvidadores y olvidadizos»
«Hay olvidadores y olvidadizos», comentó el presidente del Cabildo en la presentación de la bajada, antes de acercarse a saludar a Pino Sosa, presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Arucas, quien acudió al acto pero por motivos de movilidad no pudo acercarse a la boca de la Sima. Sosa encontró a su padre en el pozo de Tenoya, el último del que se han extraído los cuerpos de republicanos asesinados por la represión franquista, pero sigue buscando al resto de grancanarios desaparecidos por los falangistas.
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El presidente del Cabildo, Antonio Morales, se congratuló del paso que se da este martes para la recuperación de la memoria histórica al tratarse de la primera vez que se baja al fondo de la Sima Jinámar para estudiar la posibilidad de realizar una prospección arqueológica. «La memoria siempre triunfa», destacó repitiendo palabras de Umberto Ecco.
Los restos de al menos cinco personas rescatados de la Sima de Jinámar en diferentes momentos, incluyendo un cráneo con un orificio de disparo en la cabeza, depositados en el Museo Canario no han podido ser identificados hasta por falta de familiares con los que comparar el ADN que se pudo extraer de los mismos.
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Falta de muestras de ADN
Es habitual. Agotado el banco de muestras de ADN de los familiares de desaparecidos durante la represión franquista de que dispone, el Laboratorio de Genética Forense del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas solo identificó a siete de los catorce hombres con una bala en el cráneo cuyos restos óseos fueron recuperados del pozo de Tenoya, en Arucas, durante el año 2019.
El laboratorio que dirige José Pestano comparó el ADN extraído a esos catorce hombres con las 150 muestras entregadas hasta entonces por familiares de primer y de segundo grado de republicanos asesinados en la isla por falangistas sin encontrar la identidad de siete de esas personas.
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De los restos de 24 personas exhumados algunos años antes que en Tenoya del pozo de Las Brujas, también en Arucas, el laboratorio solo identificó a siete personas, todos republicanos desaparecidos.
Por eso ayer la presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Arucas, Pino Sosa, animaba a cualquier hermano, hijo, nieto, sobrino, primo o familiar cercano a los desaparecidos durante la represión franquista a donar una muestra de su ADN para cotejarlo con el de las personas recuperadas que siguen sin identificar. «Si no los habrán asesinado dos veces: una, los asesinos que los mataron; y dos, los familiares que los olvidaron», dijo junto a la Sima.
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