Hija Predilecta de Moya: amabilidad y sonrisas, los secretos de Dolores González
Durante más de 35 años estuvo a cargo del registro en el Ayuntamiento | Ahora ve reconocido el servicio desinteresado que prestó a su pueblo durante tanto tiempo
Durante más de 35 años la primera persona que veían y a quien acudían a los vecinos de Moya al llegar al Ayuntamiento era Dolores González. En su puesto donde se ocupaba principalmente del registro del Consistorio, esta vecina de la villa pasó «la etapa más feliz de su vida», siendo la amabilidad y las sonrisas los secretos mejores guardados de Dolores para lograr ser nombrada Hija Predilecta de Moya. Actualmente, con 67 años, vive sus días con tranquilidad tras haberse jubilado.
Publicidad
Entre otras funciones, Dolores se ocupaba de gestionar las licencias de agua o de obras que llegaban al Ayuntamiento, realizar labores de atención al público, distribuir la correspondencia, además de encargarse del cementerio municipal. La protagonista subraya que «la necesidad hizo que poco a poco fuera sabiendo de todo».
Fue a los seis meses de haber nacido su hijo cuando le salió la oportunidad de trabajar en el Consistorio de su pueblo. «El anterior trabajo lo tuve que dejar porque mi hijo se pasaba las noches despierto y se me hacía imposible ir a la capital», relata la nueva Hija Predilecta de Moya.
Ella y su marido, conocido popularmente en el municipio como Paco 'el guardia', como personas que han nacido y han vivido toda su vida en el campo, desprenden bondad a raudales en cada gesto o palabra que articulan, siendo esto un factor clave de la personalidad de ambos.
En el año 1972 comenzó a estudiar en la Universidad Laboral de Las Palmas, donde estuvo cinco años y coincidió con su marido. «Los dos éramos de Moya pero, casualmente, nos conocimos en la universidad», cuenta.
Publicidad
Tras terminar su etapa, comenzó la licenciatura de Empresariales, pero al terminar el primer año decidió empezar a trabajar. Dolores comenta que «el primer trabajo que tuve fue en una autoescuela enseñando la parte teórica». De esos momentos guarda un recuerdo precioso cuando consiguió que una persona que no sabía ni leer ni escribir, a base de constancia, lograse aprobar la parte teórica del carnet de conducir.
Durante todos los años que pasó en el órgano municipal de Moya coincidió con multitud de alcaldes. «Nunca tuve problemas con ninguno», señala. Pese a que le cuesta destacar a uno por encima de los demás, siempre estará especialmente agradecida a Santiago Galván, ya que fue quien le dio la oportunidad de entrar al Ayuntamiento. Tampoco quiere olvidarse de mencionar sus años con Poli Suárez como regidor y los recientes junto al actual alcalde, Raúl Afonso.
Publicidad
Una muestra de que sus años en el Consistorio fueron inconmensurablemente maravillosos es que al ser preguntada por alguna anécdota o suceso desagradable que le pasara en sus 35 años de servicio en el municipio, no es capaz de recordar ninguna. Ella justifica este hecho diciendo que «la gente de Moya es muy noble».
«Los vecinos siempre venían a donde estaba yo para poder solucionarles los problemas que tuviesen», resalta la protagonista. Tanto en su etapa trabajando en la autoescuela como en el Ayuntamiento, los buenos actos y el don de gentes de Dolores se vieron recompensados. Ella cuenta que «no paraban de hacerme regalos como muestra de gratitud».
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión