Gáldar cuida y mima el drago más antiguo de Gran Canaria

Con 304 años de vida, el drago de Gáldar se encuentra en buenas condiciones, con algún que otro achaque. Los cuidados de las áreas municipales de Medio Ambiente y Parques Jardines, que dirigen Ulises Miranda y Carmen Pilar Mendoza, respectivamente, se complementan ahora con el asesoramiento profesional de los componentes de la recién creada Mesa Técnica del Drago Centenario.

Ubicado en el patio de las Casas Consistoriales de Gáldar, desde hace unas semanas el Ayuntamiento lleva a cabo tareas de regeneración del suelo que alberga las infinitas raíces del drago más antiguo de Gran Canaria, datado desde 1718.

Tal y como explica el edil de Medio Ambiente, «el drago tiene un mantenimiento diario, de riego y control plagas», que realizan operarios municipales. El Ayuntamiento galdense, siempre vigilante, cuenta además con el asesoramiento del técnico ambiental Marco Díaz-Bertrana, integrante también de la Mesa Técnica.

Aunque nunca se ha temido por la salud y futuro del drago tricentenario, «en 1999, de la mano de Jaime O'Shanahan, un perito agrícola muy vinculado al Jardín Canario y especialista en temas forestales, se llevó a cabo una intervención extraordinaria debido a un fuerte depresión que sufría el drago», recuerda el edil Ulises Miranda.

En aquel momento quedó claro que «el drago estaba enconsertado» en un espacio que limitaba su crecimiento y debilitaba su salud. Se encontraba «en un parterre de cantería y dentro había un espacio limitado de tierra, y aunque las raíces son ilimitadas, es en los primeros 40 centímetros donde debe tener la tierra el máximo de nutrientes». Y no los tenía.

Fue también en aquel entonces cuando se cubrió de piedra volcánica.

Además, hasta 1999 «el patio era transitable», lo que restaba espacio al drago. Por eso se decidió «rellenar el estrato vegetal; el patio se condenó y quedó todo para el drago». Así «se ganó espacio y se delimitó el paso a las personas».

Pero con el paso del tiempo, desde 1999 hasta ahora, «las nuevas raíces generadas debido a la ampliación de tierra han colmatado» el espacio. Como le sucede también a una planta cuando ya no le queda ni un gramo de tierra en la maceta«.

Por eso, «hemos retirado la piedra volcánica decorativa y estamos ahora renovando con bocashi, un abono orgánico realizado en el vivero forestal del Cabildo en Tafira» que es una suma de estiércol de vaca con microorganismos con el que se intentan reproducir los sustratos del bosque termófilo, asemejando las condiciones del que sería el hábitat natural del drago.

De esta manera, señala Ulises Miranda, «se generan nuevos nutrientes en esta regeneración del suelo, con el alimento que tendría si estuviera en la naturaleza».

En esta primera fase que está llevando el Ayuntamiento de Gáldar en el drago, «se renueva y asegura el sustrato, pero habrá más medidas» para garantizar la salud del drago de las Casas Consistoriales, «para que gane vigor y fuerza».

Y todo ello, reitera el concejal de Medio Ambiente, teniendo en cuenta que «el drago está bien pero con los achaques de una planta de 304 años».

Hace unos años, por ejemplo, sufrió una plaga de lapilla del drago, «un insecto que vive en los dragos, y que se había descontrolado y que afectó bastante al drago limitando su crecimiento». Y es que, señala Miranda, este bicho «se come las hojas y las seca, pues limita la capacidad de fotosíntesis».

«En 2018, como ahora, contamos con el asesoramiento de Marcos Díaz-Bertrana, técnico ambiental con grandes conocimientos que junto a los operarios municipales llevan a cabo actuaciones» de conservación del drago de Gáldar.

En breve se iniciarán las obras de la Casona del Drago, por lo que se tomarán «medidas correctoras para que la generación de polvo no le afecte», afirma el edil de Medio Ambiente. Para ello, «los arcos del patio se van a cubrir todos para intentar aislarlo y que quede dentro de una burbuja protectora».

Todo lo que haga falta para que el drago de Gáldar, un símbolo para el municipios y sus vecinos, «viva otros 300 años». Por lo menos.

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