«Nos echan, molestamos a los turistas»
San Bartolomé de Tirajana inició este viernes el desalojo de los sintechos del palmeral del Oasis. Los afectados protestan: no tienen a dónde ir. Piden tiempo
«Nos echan porque molestamos a los turistas y yo lo puedo entender, pero me pregunto qué somos nosotros, ¿no somos personas?». Martin Horatiu es rumano y lleva viviendo desde 2020 bajo un tarajal en el palmeral del Oasis, en Maspalomas. Este viernes por la mañana se despertó con un dispositivo policial y una orden: que recoja sus cosas y que se vaya.
Publicidad
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha iniciado el desalojo de la quincena de sintechos que habitan en pequeños chamizos bajo palmeras y tarajales entre el parque Tony Gallardo y el Hotel Residencia, uno de los más lujosos de la isla.
«¿Y los derechos humanos? ¿No existen para nosotros?», le preguntaba Sarah a uno de los agentes. «Yo me voy a ir, pero no puede ser de un día para otro, tengo mis cosas, a mi perro, ¿a dónde me voy? Por lo menos dennos 15 días», le insistía esta italiana, que habita en este paraje junto a su pareja desde hace un año. Moraban en una caravana, pero se les averió y no tienen recursos para irse de alquiler.
Solo pudieron desmontar un chamizo desocupado
Cuatro coches patrulla de la Policía Local con al menos ocho efectivos y un grupo de operarios de limpieza y de residuos se presentaron en el lugar a las ocho de la mañana, pero solo pudieron desmontar al final un chamizo que estaba abandonado y desocupado. Sin embargo, los agentes les advirtieron de que el lunes volverán con un dispositivo más amplio y que esta vez lo limpiarán todo, por lo que les emplazaron a dejar todo libre a lo largo del fin de semana.
Martin ya anda pensando en irse, pero no sabe bien con qué rumbo. Y se lamentaba de la falta de respuestas de la administración. «Hace un año nos dijeron que nos iban a ofrecer una solución y la solución ha sido esta, vete». Se refiere al compromiso del Gobierno de Canarias, por parte de la Consejería de Derechos Sociales, de que se les intentaría buscar una salida.
Publicidad
«Aquí tengo mi intimidad y mi dignidad»
Decora piedras de basalto que vende a los turistas. De eso vive, aunque solo le da para la comida. A sus 55 años y con problemas de salud no logra algo mejor. «Aquí tengo mi intimidad y mi dignidad; si me tiran a la calle, me quitan lo poco que me queda». Dialogó varios minutos con uno de los agentes. «No quiero ser un problema, pero dígame, por favor, a dónde puedo ir, no tengo para un alquiler». Y dice que no quiere irse a un barranco.
A Otto Bomberg se le veía como desorientado. Este palmeral ha sido su hogar durante los últimos 11 años. Cargaba enseres que acoplaba a la bicicleta con la que deberá emprender un nuevo camino, con su casa a cuestas. A sus casi 59 años, se gana la vida haciendo de estatua de plata de Neptuno en el Paseo de Meloneras.
Publicidad
La policía advierte de que ocupan un espacio protegido
A escasos metros de este alemán, el más veterano de los que habitan en este palmeral, Hicham y su novia, una joven sueca, preguntaban a uno de los policías de cuánto tiempo disponen para desalojar la que había sido su casa.
Este joven marroquí de 28 años, que llegó a Canarias en patera, no entiende cómo se les puede sacar de aquí sin ni siquiera una orden judicial, como les repetía Sarah. «Hombre, que traigan al menos un papel, no nos pueden echar así como así». Pero el agente les insistía en que no les hace falta porque, les dijo, ocupan sin permiso un lugar que es espacio protegido y sus chamizos no son considerados una vivienda.
Publicidad
Dolores Lourido, que residió en este palmeral hasta hace unos meses y que este viernes bajó a mostrar su solidaridad con sus anteriores vecinos, cargaba las tintas contra el Ayuntamiento y contra la Concejalía de Servicios Sociales, a cuyos responsables reprocha su falta de sensibilidad.
Lourido: «Me vi desamparada y ni siquiera me recibió la alcaldesa«
«Me vi aquí, con depresión y desamparada, y no fueron capaces ni de recibirme, no sé la de veces que lo intenté con la alcaldesa», se queja. «Nunca me ayudaron, alegando además cosas que no eran verdad, como que cobraba la RAI (renta activa de inserción)», denuncia. «Ya vemos cómo ayuda San Bartolomé a los que menos tienen: limpiándolos como si fueran muebles».
Publicidad
Desde la concejalía de Policía Local, el edil Samuel Henríquez justifica el desalojo. «Es que no pueden estar ahí, porque el lugar no reúne condiciones para ellos, porque es un espacio protegido que, además, servirá para ampliar el Tony Gallardo y porque también nos lo han pedido los empresarios turísticos».
Explicó que la acción se afrontó de forma coordinada con Servicios Sociales y Sanidad y dijo que se les ha ofrecido alternativas a los afectados. Estos lo niegan. «Solo vinieron policías el día de antes para avisarnos del desalojo del día siguiente, nada más». Este viernes, al menos, durante el dispositivo, solo había policías y operarios de limpieza.
Noticia Patrocinada
.
Noticia Relacionada
El desalojo de una quincena de sintechos, en imágenes
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión