El Gobierno canario paraliza las obras del trazado del cable dentro de Carrizal

Llegó con retraso, pero los vecinos de Carrizal no bajaron los brazos y le esperaron. El consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, acompañado de la alcaldesa Ana Hernández, se presentó este miércoles en el pueblo, pasada la una y media del mediodía, y les dio la noticia: «Aquí se para la obra».

Valbuena se refería en concreto a la parte del proyecto previsto por el Ministerio de Industria para instalar un cable de alta tensión bajo las calles del casco viejo, una obra que ha puesto a este núcleo histórico de Carrizal en pie de guerra. «Se ejecutarán los tramos que no suscitan conflicto, pero este del pueblo lo vamos a parar».

«¿Eso se escribe y se firma? Hoy no hace viento, pero...», ironizó en voz alta una vecina. Y el consejero recogió el guante. «No hay motivo para escribir ni para firmar, lo mismo hicimos en Candelaria (un municipio de Tenerife), cumplí la palabra y así lo hizo también Red Eléctrica de España», aclaró Valbuena. Se comprometió a sentar a todas las partes y estudiar cuál de las dos alternativas posibles se va a ejecutar.

Las palabras del consejero apaciguaron un poco los ánimos de los vecinos de Carrizal, que llevan en un sinvivir desde que se enteraron, hace pocos días, de que la empresa Cobra, por encargo de Red Eléctrica de España, iba a abrir en canal la parte histórica del pueblo a partir de enero próximo para meter un cable de alta tensión que deberá unir la subestación de Arinaga, en Agüimes, con la de El Escobar, en la zona de El Santísimo, un barrio de Ingenio que, aclaró la alcaldesa, no está afectado por la obra.

Un centenar de residentes, que han constituido la plataforma Justicia Social Carrizal para oponerse al trazado, estuvo más de media hora cantando consignas y portando carteles contras las obras. 'El cable, por el barranco', 'El pueblo, unido, jamás será vencido' o 'El casco no se toca' fueron algunos de sus cánticos.

Les acompañaban varios portavoces de los distintos grupos municipales, que están convocados a un pleno extraordinario este viernes en el que la Corporación formalmente pedirá la paralización de las obras y la creación de una comisión especial para evaluar las alternativas al trazado rechazado.

Por lo pronto, ya el propio Valbuena se comprometió este miércoles a promover una reunión entre el Gobierno canario, el Ayuntamiento, Red Eléctrica y representantes de la plataforma para estudiar cuál es la mejor opción.

Las dos que se barajan desembocan en el cementerio de Carrizal; una subiría por el barranco desde La Banda, barrio de Agüimes, y otra pasaría por el Parque del Buen Suceso, saldría por el camino de la Hoya y subiría por la principal hasta la rotonda de las manos y enlazaría con el cementerio.

A priori, los vecinos se decantan por la opción del barranco. «No destrozarían tanto», advertía este miércoles Fuencisla Ruiz. «No quiero que toquen mis raíces y menos que las destrocen», exclamó minutos antes de la visita del consejero. «Un pueblo con energía no se rinde fácilmente pues lucha contracorriente sin descanso noche y día», recitó.

Valbuena se pateó el barrio junto a los vecinos y entró en varias casas, como en la de Ángel Suárez, de 200 años, una vivienda bajo el nivel de la calle que linda con un risco tan duro que no pueden ni poner una tacha para un cuadro.

También le mostró su casa Pino Santana, que le contó que cuando fueron a sacar una tubería para el saneamiento apenas pudieron picar el suelo.

Sus vecinos temen por la estabilidad de sus viviendas, casas de 100, 200 y 400 años, sin cimientos y levantadas sobre un suelo muy rocoso que, al vibrar, las pondría en riesgo. Francisco Suárez, portavoz de la plataforma, apunta que un doctor en Historia les ha hecho un estudio sobre el valor de las construcciones y el impacto posible de los trabajos.

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