Los ciudadanos transitan por el nuevo bulevar de Mesa y López y comparten el espacio con las dos líneas de Guaguas Municipales que desde ayer transitan por la zona. JUAN CARLOS ALONSO

De las dunas al bulevar: así culmina la transformación de Mesa y López

Las viejas ramblas se convierten en una gran zona peatonal de 16.830 metros cuadrados que se compartirá con la guagua y la bicicleta

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 2 de diciembre 2020, 00:00

En la memoria de Faustino Ramírez se sobreponen las sucesivas transformaciones de Mesa y López en forma de recuerdos. Los primeros son en blanco y negro. Para este vecino que lleva casi medio siglo viviendo en la zona, todavía está vivo el fulgor de la arena, cuando la calle no era más que un sistema dunar nacido a orillas de Las Canteras y transportado por el alisio. Pero también revive la urbanización que se produjo en los años 50, cuando la modernidad vino a bordo del coche. Ahora Faustino pasea por el nuevo modelo, el del bulevar, prácticamente sin vehículos particulares, y compartiendo espacio con las guaguas y las bicis. Él se queda, sin dudar, con esta última versión porque le permite pasear más tranquilo y sin los ruidos del tráfico. «Esto antes era arena, de mi edificio sacaron en la excavación, agua de mar», resume este vecino, «ahora esto está muy bien, es muy amplio».

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Faustino Ramírez vio alterado ayer su paseo mañanero por el acto de inauguración oficial del nuevo bulevar de Mesa y López, una configuración que destierra al coche y que entrega el espacio al peatón, un total de 16.830 metros cuadrados. La antigua rambla se convierte en un plataforma única, de forma que ya no hay aceras ni carretera. Aquí el peatón «tendrá prioridad absoluta», según explicó el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, con la única excepción de los dos tramos centrales, que se reservan a la MetroGuagua y que ya están en uso por parte de dos líneas de Guaguas para que los viandantes se acostumbren a la ordenación definitiva, que llegará en 2023.

Si se coloca usted en Mesa y López y mira hacia la Base Naval, podrá descubrir sutiles diferencias o marcas en el pavimento que dan una idea del uso que tendrá cada zona en estos casi 35,5 metros que separan las dos líneas de fachadas: primero se encontrará una zona peatonal de algo más de nueve metros de ancho; luego un carril rodonal para los vehículos de los vecinos que acceden a los garajes, con casi tres metros; a continuación, el carril bici y el de la MetroGuagua, con seis metros; entre éste y los alcorques, el siguiente carril del transporte público, con tres metros; y, por último, una nueva zona peatonal de casi nueve metros.

«La rambla se ha convertido en un espacio nuevo, que recuperamos para pasear por una zona más agradable, en la que antes había coches, ruido y contaminación»

augusto hidalgo

En resumen, el peatón gana cinco metros respecto a la disposición que había en las ramblas antiguas (se pasa de 13 a 18 metros); el coche pierde quince metros (de los 18 metros que había en los carriles de circulación se pasa a tres); y se habilitan nueve metros nuevos para la MetroGuagua y, en menor medida, para las bicicletas.

La nueva avenida de José Mesa y López se queda de esta manera como una burbuja peatonal entre dos calles saturadas, Néstor de La Torre y Juan Manuel Durán. Ambas han absorbido, con dificultades, los quinientos coches a la hora que antes usaban las ramblas para ir hacia Guanarteme, y los cerca de ochocientos que circulaban, también a la hora, en sentido contrario.

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Para todos los gustos

Como a Faustino, a Juan Manuel Torres también le gusta mucho la nueva disposición. «Vengo todos los días a caminar», explica. Lo que lamenta este vecino es que haya entrado la guagua. «Nos merecemos todo el paseo», señaló en relación a los peatones.

Pero a otros ciudadanos les disgusta la solución adoptada. «Es una plaza muy dura, industrial, que desprende mucho calor en verano», criticó Julio García, «es una estética que se está imponiendo en toda la ciudad y es gris sobre gris». En su opinión, se podría haber apostado por una «peatonalización más amable».

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Imagen de Mesa y López, anoche. juan carlos alonso

El alcalde de la ciudad, en cambio, destacó que se han incrementado las zonas verdes, que pasan de 330 metros cuadrados a 396 metros cuadrados, con la plantación de especies varias de plantas, 12 flamboyanes y dos petunias.

El presidente de la asociación de empresarios de la Zona Comercial Mesa y López, Francisco González Bravo de Laguna, también resaltó el resultado final y pidió tiempo para que la imagen definitiva del nuevo bulevar cambie cuando crezcan los flamboyanes y proyecten más sombra, o aparezcan nuevas terrazas que contribuyan a dar vida a la zona.

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La obra de transformación de la avenida de Mesa y López ha supuesto una inversión que ronda los cinco millones de euros, si aquí se suman el tramo que va desde la Base Naval hasta Galicia, la transformación de esta última calle y la peatonalización del tramo entre Galicia y la plaza de España.

Respecto a este último, por él no pasará la MetroGuagua, pero sí los taxis, que se incorporarán desde la plaza de España y podrán circular hasta Galicia, donde tendrán que girar a la izquierda, explicó el concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, quien aclaró que todavía no se ha decidido si la MetroGuagua irá a la inglesa por Mesa y López.

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Bicis y guaguas ya transitan junto a los peatones. Juan carlos alonso

Una aspiración que nació hace veintidós años para recuperar pujanza

La peatonalización de la avenida de José Mesa y López responde a una vieja aspiración que tomó cuerpo en 1998. «Tras abrirse los centros comerciales de La Ballena y Las Arenas se produjo entonces una disminución de la afluencia a las zonas comerciales abiertas», detalló el presidente de la asociación de empresarios de la Zona Comercial Mesa y López, Francisco González Bravo de Laguna. Por eso, los comerciantes empezaron a reflexionar sobre la necesidad de crear un entorno más amable con el peatón para recuperarlo.

Se plantearon desde entonces muchas ideas: un tranvía por la zona, el soterramiento de los carriles de tráfico, que requería unos 300 millones de euros... Y solo es a partir de 2005 cuando la asociación ya apuesta por la peatonalización total de la calle.

La idea va germinando poco a poco y se somete a una primera prueba en 2012, cuando el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria suprime dos carriles desde la Base Naval hacia la plaza de España. En aquel momento de restricciones económicas, el Consistorio optó por pintar de un color diferente la zona que se ganaba para el peatón, si bien se mantenían las aceras a distinto nivel.

«Aquella obra nos confirmó que se podría peatonalizar en cuanto hubiera dinero», expuso González Bravo de Laguna.

Y ese tiempo llegó, de manos de la MetroGuagua. En 2018, el Ayuntamiento adjudica a Tecyr la obra de peatonalización del tramo comprendido entre la Base Naval y la calle Galicia. Todo estaba previsto para que acabara en marzo de 2019, pero los problemas que presentó la constructora hicieron que al final hubiera que rescatar la obra y adjudicarla de nuevo. Esto permitió que la apertura de la calle fuera completa, al coincidir los dos tramos.

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