Sólo menores de 40 años podrán donar médula
La edad para ser donante de médula ósea se ha reducido de los 55 a los 40 años. El Registro Español de Donantes de Médula Ósea ha cambiado el criterio con el objetivo de «rejuvenecer y optimizar» los bancos de las comunidades autónomas «algo envejecidos». La Unidad de Donantes del Doctor Negrín, centro de referencia regional, también tiene que renovar sus tipajes.
Hasta ahora podía ser donante de médula ósea toda persona sana desde los 18 hasta los 55 años. Sin embargo, desde el uno de enero de este año por decisión de la Comisión de Seguimiento del Plan Nacional de Médula Ósea (formada por responsables de las comunidades autónomas, Organización Nacional de Trasplantes, asociaciones de pacientes y la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia) sólo se incluirán en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (Redmo) nuevos donantes con una edad máxima de 40 años. Esta misma medida se ha tomado en el resto de los bancos de donantes del mundo, que suman ya 32 millones de donantes.
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Este nuevo criterio tiene como objetivo «rejuvenecer y optimizar» el Redmo para adquirir «una base de datos con personas más jóvenes», explica Florentino Sánchez, jefe de la Unidad de Donante de Médula Ósea del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín, centro de referencia regional para donaciones y trasplante de médula ósea.
La reducción de edad responde, por un lado, a que «Redmo dispone de más de 320.000 donantes en toda España, la mayoría ya con una edad cercana de los 55 años, es decir, está un poco envejecida», y por otro lado, porque en el 90% de los casos, los trasplantes de médula ósea no emparentados se hacen con personas menores de 40 años porque se obtienen mejores resultados clínicos en los pacientes que se trasplantan, concreta Sánchez.
El resto de los criterios se mantiene, es decir, pueden donar personas sanas, que no estén bajo tratamiento de ninguna enfermedad crónica o con alguna enfermedad susceptible de ser trasmitida al receptor o que pudiera poner en peligro su vida por hecho de la donación.
Otro de las medidas adoptadas por la citada comisión de seguimiento fue realizar los tipajes de las muestras de sangre de los donantes en alta resolución, un proceso que es «un poco más caro pero, sin lugar a dudas, más rápido, acertivo y con el que se gana tiempo. No debemos olvidar que el receptor que espera una compatibilidad se encuentra en estado grave y necesita proceder al trasplante lo antes posible», indica el especialista.
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Con todo ello, Sánchez recuerda que en los últimos años se ha incrementado mucho el número de donantes y, que en la actualidad, ya hay más de 320.000 donantes en toda España y 32 millones en todo el mundo, aunque nunca es suficiente para afrontar las necesidades mundiales. El responsable de la unidad en el Negrín anima a la población que aún no es donante « a que se sume al registro».
«Solo cuando lo sufres sabes de la necesidad»
Es la segunda vez que Juan Francisco Marrero vive la misma situación, por lo que sabe de la importancia de donar. Su hija Estefanía, tras superar la leucemia cuando tenía solo 12 años, atraviesa de nuevo por el mismo proceso. Ambos quieren reivindicar la importancia de que la sociedad se conciencie de la necesidad de donar médula ósea para multiplicar la esperanza de combatir la enfermedad. «Uno no sabe de la importancia y necesidad de hacerse donante hasta que no lo sufres en primera persona. Sabemos que dependemos de un banco mundial de pacientes, que no puedes donar a una persona concreta y que tienes que ser compatible, pero cuanta más gente done más posibilidades hay de encontrar una compatibilidad. La esperanza crece», afirma Juan Francisco.
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Estefanía secunda a su padre en su iniciativa para visibilizar el proceso de donación. «Hay mucha desinformación. La gente cree que duele mucho donar, pero en realidad no es así. El proceso para donar es más sencillo y se puede ayudar a mucha gente. No pido que donen por mí en concreto, porque no es posible y hay mucha más gente que lo necesita. Solo que lo hagan porque pueden ayudar a mucha gente», afirma Estefanía, que toma su ejemplo personal para visibilizar una lucha que afecta a muchas personas en las islas.
«Estefanía lo superó la primera vez con el tratamiento, pero ahora necesitamos un donante. Sabemos que no se puede donar a ella directamente, pero cuanta más gente se anime más posibilidades hay. Si no es para Estefanía, que no hagan por tanta gente que está pasando el mismo problema», asevera Juan Francisco, admitiendo que las posibilidades se reducen con el condicionante de la edad tras la decisión de la Comisión Nacional de Médula Ósea. «Conozco a mucha gente con más de 40 años que están dispuestos a donar, pero la edad se ha limitado y es más difícil. Por eso animamos a todos los jóvenes a que se acerquen a un hospital, el Doctor Negrín en este caso, y que ayuden. Es solo un pinchazo en el brazo, como si fuera una donación de sangre normal», afirma este padre entregado, que admite el desconocimiento de la enfermedad y el proceso de donación es un inconveniente más en la búsqueda de donantes. «Solo cuando me tocó a mí, en este caso a través de mi hija, supe las dificultades que hay y cómo es el proceso. Creo que, además de necesitarlo en primera persona, nuestro ejemplo puede ayudar a visibilizar el problema y que mucha más gente se sume a esta lucha y aporte su granito de arena donando. Estefanía consiguió vencer la enfermedad una vez y lo volverá a conseguir con la ayuda de todos. Solo hay que donar. Mañana le puede pasar a cualquiera», afirma Juan Francisco.
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