El virus del papiloma humano

Hablaremos hoy de una de las infecciones más frecuentes de transmisión sexual de nuestra actualidad, el virus del papiloma humano (HPV). Normalmente es inofensivo y el propio organismo con sus defensas es capaz de controlarlo pero en muchas ocasiones produce daños en el cuello uterino hasta el temido cáncer cervical.

Existen más de 100 serotipos del virus que pueden manifestarse con síntomas o no. De hecho, la mayor parte de las personas que lo padecen no saben que están infectadas. Puedes padecerlo y no tener síntomas o, por el contrario, puede provocar desde verrugas hasta cáncer de cuello uterino.

En cambio, si las defensas de nuestro cuerpo no son buenas el virus podrá afectar en diferentes grados.

En el 70% de los casos los virus quedan inactivos en el primer año de forma espontánea. En el 90% de los casos se inactiva a los dos años.

Tiene un periodo de entre 10 y 20 años para manifestarse.

Es un virus de fácil transmisión y muy común. Se estima que 4 de cada 5 pacientes y dos tipos de VPH, (los tipos 6 y 11) causan la mayoría de los casos de verrugas genitales. Las verrugas no son nada agradables, pero son causadas por un tipo del VPH de bajo riesgo, ya que no provocan cáncer ni otros problemas graves de salud.

Al menos una docena de tipos de VPH pueden provocar cáncer, si bien dos en particular (los tipos 16 y 18) son los causantes de la mayoría de los casos. A estos se los denomina VPH de alto riesgo. El cáncer cervical es comúnmente asociado al VPH, pero el VPH también puede causar cáncer en la vulva, vagina, pene, ano, boca y garganta.

Para lograr una correcta y temprana detección del mismo es muy importante la visita regular al ginecólogo pues en la consulta se detecta el 100% de las afecciones de la siguiente manera:

- Realizando una exploración vulvar, vaginal y anal: un buen indicio es observar verrugas en estas zonas.

- Realizando colposcopia: mediante la realización de esta prueba y la revisión de los genitales el ginecólogo podrá evaluar los síntomas y la gravedad de los mismos.

- Realización una citología cérvicovaginal o Test de Papanicolau: se recomienda que esta prueba se realice una vez al año, independientemente de si existen síntomas pues puede resultar vital para la detección temprana de cáncer.

- Realizando el Test de HPV con técnicas de ADN: es una técnica parecida al exudado vaginal y se realiza a partir de una serie de muestras que ha de recoger el ginecólogo.

Lo favorable de esta infección es que se puede diagnosticar y tratar de forma temprana así como prevenir y aunque no existe ningún tratamiento que cure el virus sí que se pueden tratar sus manifestaciones tales como verrugas y otras lesiones.

Por ejemplo, las verrugas pueden ser eliminadas con cremas, crioterapia o electrocoagulación en la consulta del ginecólogo

Para prevenir la infección por el virus se aconseja a todas las pacientes que ya iniciaron relaciones sexuales las siguientes medidas:

- Usar preservativo

- Realizar revisiones rutinarias anuales de control: Citologías y test de HPV.

- Vacunarse con Gardasil o Cervarix que protegen para los casos de alto riesgo de cáncer cervical e incluso determinados casos que sólo producen verrugas genitales. Este tipo de vacunas está indicada para niñas entre 11 y 14 años, sexualmente activas o no. De hecho, fue incorporada al calendario oficial de vacunación de octubre de 2011.

Tu médico o enfermero te dirán cuáles son las pruebas que necesitas y con qué frecuencia debes hacerlas. Si la prueba de VPH da positivo, no te alarmes. Esto no significa que tienes cáncer, significa que tienes un tipo de VPH que puede aumentar tu riesgo de tener cáncer en el futuro, saberlo te permite hacer un seguimiento por tu médico.

Lo más importante es que confíes en el profesional de la salud y que seas sincero comentando si tuvieras alguna relación de riesgo o si estás expuesto al virus.

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