La libre absolución al entender que actuó en legítima defensa
El fiscal modifica su acusación y afirma que uno de los agresores de la pelea en La Paterna clavó una navaja en el ojo a otro en legítima defensa tras haber recibido previamente varios martillazos en la cabeza. El origen fue un conflicto vecinal
Según esta parte, recibió varios martillazos en la cabeza por parte de Antonio Q. R. sin mediar palabra alguna cuando se dirigía a su trabajo. Aturdido por los golpes, intentó huir pero no pudo y al verse acorralado, utilizó una navaja –en la imagen– que utilizaba para trabajar para defenderse.
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Antonio Q. R. insistió en la sala que solo fue a hablar con su vecino y, cuando se acercó, fue agredido con una navaja –en la foto– que le cortó la nariz. Intentó huir pero cayó y fue golpeado por Carmelo Ceferino S. R. y su mujer. No llevaba un martillo y volvió a ser cortado en un ojo, en el que perdió la visión.
El fiscal Miguel Hernández modificó el escrito de acusación que, en primera instancia, consideraba a Carmelo Ceferino S. R. culpable de un delito de lesiones que estaba penado con siete años de prisión y el pago de 20.000 euros de indemnización a Antonio Q. R. por las lesiones causadas que, entre otras, le dejaron sin visión en un ojo. El Ministerio Público consideraba que ambos acusados habían protagonizado una violenta discusión en el curso de la cual se acometieron violentamente con el propósito de menoscabar sus integridades físicas. Pero tras el transcurso de la prueba, el representante de la Fiscalía modificó sus conclusiones y consideró que Carmelo Ceferino S. R. había actuado en defensa propia tras un primer ataque de la otra parte que la emprendió con él a martillazos, por lo que interesó su libre absolución, petición a la que se adhirió su defensa. Mientras, el abogado de la otra parte negó estos hechos, considerando que Carmelo Ceferino S. R. había sido el primer agresor.
En esta ocasión, el Ministerio Fiscal mantuvo su acusación a Antonio Q. R., a quien consideró autor de un delito de lesiones, por lo que pidió al tribunal que se le impusiera una pena de cuatro años de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y el pago de 1.700 euros por las lesiones causadas a la otra parte. A pesar de que en la sala Antonio Q. R. defendió que no fue el agresor sino la víctima, el Ministerio Público no consideró creíble esta versión de los hechos. El acusado relató que solo fue a hablar con su vecino y, al acercarse, recibió un navajazo en la nariz que se la cortó. Al intentar huir resbaló con la sangre y cayó al suelo, circunstancia que aprovechó Carmelo Ceferino S. R. para golpearle e intentar acuchillarle de nuevo. Al defenderse, sufrió cortes en su mano y de nuevo en la cara, lo que le produjo una grave herida en uno de los ojos que le hizo perder la visión. Añadió que también fue agredido por la mujer de la otra parte.
Francisco José Fajardo Las Palmas de Gran Canaria
El fiscal Miguel Hernández modificó ayer sus conclusiones al estimar que uno de los dos protagonistas de una reyerta en La Paterna agredió con una navaja a otro «en legítima defensa», por lo que interesó su libre absolución en el juicio celebrado ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial. En cambio, mantuvo la acusación hacia el que considera que pegó primero con un martillo, a quien pide la pena de cuatro años de prisión por un delito de lesiones.
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En el plenario, los dos protagonistas de esta pelea ofrecieron sus respectivas explicaciones de lo que ocurrió el 7 de mayo de 2016 en La Paterna. Por una parte, Carmelo Ceferino S.R. contó que, después de problemas con su vecino Antonio Q. R., a quien acusó de haberle pintado la puerta de su casa, fue a buscarle la mañana de autos y, cuando lo vio en la calle en compañía de su pareja, fue a pedirle explicaciones por los hechos y, al acercarse, fue agredido violentamente sin mediar palabra. Carmelo Ceferino S.R. sufrió varios navajazos que provocaron que perdiera la visión por el ojo izquierdo.
Pero la versión de Antonio Q. R. fue totalmente diferente. Esta parte relató que, estando en la calle, vio como su vecino fue hacia él con un martillo en la mano que llevaba dentro de una bolsa mientras gritaba que le iba a pegar. Cuando llegó a su lado, le empezó a propinar golpes en la cabeza con la herramienta que le dejaron aturdido y, al caer al suelo y para defenderse, usó una navaja que usaba para trabajar y llevaba en una riñonera.
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El fiscal consideró más creíble esta última versión, en contra de la tesis de la defensa de Carmelo Ceferino S.R.
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