Muere Chicho Ibáñez Serrador, pionero de la televisión y maestro del cine de terror

Pionero, prestidigitador, creador de ilusiones y pesadillas, Narciso Chicho Ibáñez Serrador, fallecido este viernes a los 83 años, revolucionó la televisión en España con programas como Un, dos, tres..., pero también abrió camino a toda una generación de cineastas con su contribución al género de terror.

Magdalena Tsanis (Efe) / Madrid

Jueves, 16 de julio 2020, 11:38

La enorme popularidad de ese concurso televisivo en la era pre-Internet relegó durante un tiempo su aportación a la ficción, pero en los últimos años se han sucedido los homenajes para paliarlo, desde el Premio Feroz de la prensa cinematográfica (2017) al Goya de Honor que recibió este mismo año.

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Cineastas como Álex de la Iglesia, Alejandro Amenábar, Juan Antonio Bayona o Jaume Balagueró han reconocido unánimemente la influencia que ejercieron en ellos sus películas ¿Quién puede matar a un niño? (1969) o La residencia (1976), historias terroríficas en las que Ibáñez Serrador aplicó su mejor truco: no mostrar, sino incitar a la imaginación.

Solo dirigió dos películas para cine, pero fueron muy influyentes, al igual que su filmografía televisiva. Sus congregaban cada viernes ante la pantalla, entre 1966 y 1968 -y en una segunda etapa en 1982- a un público ávido de suspense y terror.

La mayoría de los capítulos, de entre media hora y una hora, eran adaptaciones de célebres escritores del género, desde Ray Bradbury a Edgar Allan Poe, títulos como El cumpleaños, Los bulbos, El último reloj o Doctor Jekyll y Mr. Hyde.

Ibáñez Serrador adaptaba, dirigía y presentaba cada entrega con una personal e inolvidable introducción, inspirada en lo que hacía Alfred Hitchcock en la televisión británica. También dirigió algunos guiones propios como Historias de la frivolidad (1967) o La culpa (2009).

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Lector desde niño

De origen uruguayo, nació el 4 de julio de 1935 en Montevideo, hijo de los actores Narciso Ibáñez Menta y Pepita Serrador. Su infancia transcurrió viajando constantemente por Iberoamérica y España. Una enfermedad que padeció de niño lo convirtió en un ávido lector y desarrolló su vocación intelectual.

En la década de los 50, en España, ingresó en la compañía teatral de su madre, donde hizo su aprendizaje como técnico y artista y en 1954 debutó como actor, con la obra Filomena Marturano. El teatro, siempre lo dijo, fue su escuela, y el ámbito en el que, poco a poco, descubrió que la dirección y la escritura le atraían más que la actuación.

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En 1957 se trasladó a Buenos Aires donde empezó trabajando como actor y pronto se consolidó como realizador y guionista en la televisión argentina. En ocasiones firmaba sus textos con el seudónimo Luis Peñafiel. Muchos de sus éxitos españoles los ensayó previamente allí.

Innovación

Regresó a España en 1963 y un año después ingresó en TVE, lo que supuso el principio de la revolución televisiva, una tarea que vio reconocida en 2010 con el Premio Nacional de Televisión. Sus Historias para no dormir fueron todo un revulsivo en la gris España franquista. La innovación fue siempre señal de la casa.

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En 1970 fundó la productora Prointel para desarrollar sus propias producciones, entre ellas el mítico concurso , basado en otro que había producido para la televisión argentina en 1958 (Un, dos, Nescafé).

El programa debutó en 1972 y se mantuvo en antena durante 33 años -22 de ellos ininterrumpidamente-, batiendo récords de audiencia de la mano de presentadores como Kiko Ledgard, Mayra Gómez Kemp, Míriam Díaz Aroca, Jordi Estadella, Josep María Bachs y Luis Roderas, quien despidió el programa en 2005.

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Pero aunque ese fue su buque insignia, también alumbró otros programas de éxito como el concurso sobre el mundo animal Waku Waku, estrenado en 1989 en TVE con Consuelo García Berlanga o el primer programa sobre divulgación de sexo de la televisión pública, Hablemos de sexo (1990), conducido por Elena Ochoa.

Teatro y radio

En teatro, destacan su comedia , que estrenó en España en los 60 y se mantuvo cuatro años en cartel, pero con el título modificado por la censura: Aprobado en inocencia. Tuvieron que pasar cuatro décadas para que el Teatro Infanta Isabel la reestrenara, en 2001, con su título original.

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Más reciente, la obra El águila y la niebla fue galardonada en 2000 con los Premios Villa Madrid y Lope de Vega y estrenada dos años después en el Teatro Español.

La radio tampoco se le resistió. En 1982 fue contratado en Radio 80 como realizador de programas y asesor de la emisora y cinco años después se incorporó a la SER para dirigir y presentar el espacio nocturno Historias de medianoche.

Entre otras distinciones, también ha recibido la Medalla de Oro al Mérito Bellas Artes, el premio Maestro del Fantástico del festival Nocturna y varios Premios Ondas.

Casado con la argentina Adriana Gardia, se separaron en 1961. Posteriormente se unió a Diana Nauta, madre de sus dos hijos, y de quien se separó en 1986.

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