Vea la portada de CANARIAS7 de este sábado 6 de diciembre de 2025

Una hora menos

Ultramar. «Arte hecho en y desde las Islas que triunfa e invita a seguir saltando el charco. Eso sí, hay que mojarse» Vicente Llorca

Érase una vez un tangerino, de cuando había españoles que nacían en Tánger, que supo imbuirse de toda la multiculturalidad, cosmopolitismo y diversidad que esa ciudad norteafricana irradiaba. En aquel cruce permanente de gentes, de encuentro constante de civilizaciones, creció. Todo un lujo para quien fuera sensible a las voces múltiples que escuchaba y supo permearse de aquel ingente universo. Más tarde pasaría por Granada donde acumularía aun más saber, el académico.

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Con todo lo que atesoraba, decidió venirse para Canarias, concretamente a Agüimes, un lugar del que nunca había oído hablar. Una plaza para dar clases en un instituto de ese pueblo le hizo decidirse. Le resultó atractivo el topónimo prehispánico que aparecía en aquella fría convocatoria con administrativo lenguaje.

Con él trajo lo mucho que tenía y que con su desbordante generosidad nos iba a regalar. De eso hace bastante tiempo. Tanto como que es lagartero predilecto. Antonio Lozano no es hombre de guardarse para sí su sabiduría, su bonhomía, su experiencia, su creatividad, su capacidad de seducción, su sentido de la amistad, su amor por el arte. Y como era como es, no pudo contenerse. Se hizo de aquí y en aquel pueblo, en el que en aquel entonces, como en otros muchos rincones de la tierra nuestra, la miseria abundaba se puso a la tarea de combatirla como sabía, ofertando conocimiento. Como activista incansable de la cultura se inventó el Festival del Sur-Encuentro Teatral Tres Continentes al que, año tras año, se trajo gratis a artistas de todos los lugares, seducidos por la voluntad de quien construía y contagiaba entusiasmo entre el viento y eriales. Pronto Agüimes, su festival de teatro, como luego ocurriría con el encuentro de narración oral, se convirtió en referente nacional.

La buena simiente, como no podía ser de otra manera, da frutos. Y la cosecha es exquisita. Esta semana los premios Max, los galardones nacionales de las artes escénicas, dieron cuenta de ella. Por primera vez una producción hecha en la Islas aspiraba no a una sino a tres estatuillas. Los Malditos, que así se llama la obra nominada, es un texto del propio Antonio Lozano, hecho teatro por Mario Vega, un ingeniense que llegó a las tablas por culpa de ese festival Tres Continentes y que hoy es un productor que sorprende por su creatividad y obliga a la metrópoli a mirar a la ultraperiferia y a preguntar cómo es eso que con una hora menos, la nuestra, que también da nombre a la productora que da vida, se sucedan de manera tan dinámica apuestas y propuestas escénicas que demuestran que la tricontinentalidad no es un tópico.

Sabedores de que la isla todo lo condiciona y modela nuestras vidas, han sido capaces de desterrar esa perniciosa tendencia que, demasiadas veces, tenemos los isleños de creernos el centro del mundo porque el horizonte nos envuelve, y han convertido el mar que nos cerca en camino de encuentro y diálogo.

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Lo han demostrado. Tricontinentales, ultraperiféricos, dando voz a los sin voz, poniendo en valor la universalidad que se puede proyectar con una hora menos. Esas tres nominaciones son un triunfo del arte que se hace en y desde las Islas e invitan a seguir saltando el charco. Eso sí, hay que mojarse.

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