Un calendario que no me gusta

Jueves, 16 de julio 2020, 19:37

La gente que me gusta. Lo recibí en numerosas ocasiones por wasap antes de finalizar el 2017 y una vez nacido este 2018. Remitido por gente muy distinta. De diferentes planteamientos ideológicos. Incluso de generaciones diversas. Amigos y amigas del mundo educativo, de la sanidad, de la política, del periodismo y de otros ámbitos. Creyentes y ateos. Personas en activo de larga experiencia o recién incorporados al mundo laboral, jubiladas o desempleadas. Hombres y mujeres a las que aprecio y que, estoy seguro, estaban cargadas de las mejores intenciones al enviármelo. Pero, a veces, hasta las buenas intenciones las carga el diablo.

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Me refiero a un calendario para 2018 que, en cada mes de este año recién iniciado, está presidido por una frase de Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Teresa de Calcuta, Charles Chaplin, Facundo Cabral o Lao-Tse, entre otros. Y que debe ser actualización de otros similares de años anteriores.

Inicia su recorrido en enero con La gente que me gusta, texto atribuido al escritor uruguayo Mario Benedetti. Digo atribuido no existe la menor certeza de su autoría. Y los que apuntan a que puede tratarse de Benedetti se basan en un texto, correspondiente a un libro de autoayuda, y que dice lo siguiente: «Primero que todo me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, que sabe lo que hay que hacer y lo hace en menos tiempo del esperado».

«El equilibrio es completamente nulo: doce meses, con las imágenes y los pensamientos de once varones y de una sola mujer, Teresa de Calcuta»

Añadidos. En otras ediciones se le añade: «Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios», lo que resulta aún menos benedettiano.

Vilma Vidal, que sostiene un blog sobre textos erróneamente atribuidos, afirma que no pertenece al autor uruguayo y añade que se pueden encontrar muchas variedades del mismo, en la que cada cual ha añadido frases en base a sus gustos y pensamientos sobre lo que es deseable en un comportamiento humano. «Por cierto, en ninguna de las múltiples variantes he encontrado una frase que diga algo así como me gusta la gente que NO modifica textos ajenos o me gusta la gente que respeta la obra de otros», concluye.

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Lo ratifica Ariel Silva, quien fuera secretario personal de Mario Benedetti, que en una entrevista habla de distintos textos falsamente atribuidos al autor de Montevideanos, El porvenir de mi pasado, Pedro y el capitán o Primavera con una esquina rota. Tras rechazar la autoría de Benedetti del poema Testamento, añade que hay otro que dice “me gusta la gente que tal cosa y me gusta la gente que tal cosa (sic)... Yo le pido a esa gente que, por respeto a Mario, se asegure de ver en qué libro está, si es que le llega un poema que dicen que es de él”.

Por otra parte, el periodista Juan Francisco Beltrán, recuerda en su blog que el poema La Marioneta, de enorme circulación en las redes, ese que empieza por «Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo...», no es de Gabriel García Márquez. Añadiendo lo siguiente: «Y no, el Gabo tampoco escribió esos comistrajos insufribles de 13 líneas para vivir o El dulce sabor de una mujer exquisita, ni tanta frase lacrimógena que se lee con su firma». Uno de los textos incluidos en 13 líneas para vivir forma parte, también, del calendario de marras.

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Supongo que el resto de frases se corresponde fielmente con sus autores, en los que no podía faltar Paulo Coelho, con Winston Churchill, de verdad o de mentira, uno de los reyes de las citas. En este caso la del escritor brasileño es “Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo los que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia».

«Me refiero a la escasa presencia femenina en este calendario para 2018, lo que no se corresponde con los tiempos ni con los deseos de un mundo con mayor igualdad entre mujeres y hombres. En ningún caso se sostiene la invisibilidad de las mujeres».

Parecida a El instante mágico, recogida en el blog oficial del autor: «Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los dí¬as tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana».

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Pero al margen de más o menos originales citas, me llamó la atención un detalle que no me resulta en modo alguno baladí. Todo lo contrario. Me refiero a la escasa presencia femenina en este calendario para 2018, lo que no se corresponde con los tiempos ni con los deseos de un mundo con mayor igualdad entre mujeres y hombres. En ningún caso se sostiene la invisibilidad de las mujeres, que se produce también en este calendario.

En efecto, el equilibrio es completamente nulo: doce meses, con las imágenes y los pensamientos de once varones y de una sola mujer, Teresa de Calcuta, que, por cierto, no es precisamente un ejemplo de reivindicaciones feministas, más bien todo lo contrario, de rechazo a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, de sumisión, de apología del sufrimiento; más del siglo XV que del XXI.

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Para una próxima edición propongo que se incluyan frases, por ejemplo, de Katrin Jakobsdottir –primera ministra de Islandia, país que acaba de prohibir por ley que los hombres puedan cobrar más que las mujeres en trabajos de la misma categoría-, Simone de Beauvoir, Frida Kahlo, Doris Lessing, Sor Juana Inés de la Cruz, Virginia Woolf, Almudena Grandes, Gloria Poyatos o Emma Watson. Esta última, en un discurso en Naciones Unidas señalaba lo siguiente: «Creo que es correcto que haya mujeres que me representen en la elaboración de políticas y la toma de decisiones en mi país. Creo que socialmente se me debe tratar con el mismo respeto que a los hombres. Por desgracia, puedo afirmar que no hay ningún país del mundo en el que todas las mujeres puedan esperar que se les reconozcan estos derechos. Por el momento, ningún país del mundo puede decir que ha alcanzado la igualdad de género».

Una igualdad que, como en tantas muchas otras cosas, tampoco está presente en este muy repartido calendario.

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