Canarias, un nuevo ciclo político

Se abre un nuevo periodo político. No asistimos a una alternancia en el poder sin más fruto de una o dos legislaturas que exigiesen si acaso un reemplazo de siglas y presidente. Es otra cosa. Estamos hablando de una era política que para algunas generaciones, como la mía, significa toda la memoria política como canarios desde que tenemos uso de razón. Desde aquella moción de censura perpetrada en 1993, estando en el propio Gobierno, que ya es decir, hasta ahora CC se ha ido transmutándose hasta ahondar en una agonía en la que la imputación de Fernando Clavijo por delitos relacionados con la corrupción en el caso Grúas hizo el resto. Clavijo pudo haber ahorrado este trago a su organización hace mucho de haberse apartado a tiempo y dejar respirar a CC que de por sí ya lo tenía difícil. Pero no lo hizo. Se atrincheró en Presidencia.

No se cambia un modo de operar político de décadas de un día para otro. El próximo Ejecutivo tendrá que administrar las expectativas generadas con prudencia. Esto no va a ser la revolución ni nada por el estilo. Se trata, nada más y nada menos, que de estimular la regeneración democrática y apostar por políticas públicas que mejoren el Estado del Bienestar en Canarias. La lista es importante: agilizar los trámites por la dependencia, aminorar el desempleo, mejorar las condiciones socioeconómicas, combatir la desigualdad,... La tarea es quijotesca. Otro asunto importante será relanzar Radio Televisión Canaria (RTVC) que exige potenciar su labor como servicio público. Ya no cabe, a estas alturas de la democracia, una RTVC donde por ejemplo se ejecuten vetos por ejercer la libertad de expresión y no gustar al administrador de turno impuesto por el poder o lo que ya algunos, en el supuesto de CC, llamaban régimen.

Por otro lado, puede que a medio plazo acontezcan cambios importantes en el sistema de partidos. ¿Aguantará CC una travesía por el desierto tras décadas saboreando el poder institucional? Esa es una de las grandes incógnitas a despejar. Si CC vivirá o no un fenómeno igual o similar al de UCD en su momento. Por supuesto, hay espacio para el nacionalismo canario pero no para proyectos más folclóricos que otra cosa que vivían instalados en una especie de regionalismo al uso navarro o ni siquiera eso. CC ha perdido mucho discurso político y entidad ideológica en estos largos años. De hecho, para algunos nunca lo tuvo. El presidente Ángel Víctor Torres, el más que probable vicepresidente Román Rodríguez y Noemí Santana y Casimiro Curbelo desempeñarán un rol en un equipo aglutinador de izquierdas que concita mucha expectación. Lo que está por venir no será nada sencillo. Y dependerá de la capacidad de cada una de las organizaciones para cumplir con lo debido. PSOE, NC, Podemos y ASG han logrado despojar a CC del poder. Ya es auténtica historia de la política canaria.

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