Vea la portada de CANARIAS7 de este sábado 6 de diciembre de 2025

Buscando la felicidad

La felicidad es sumamente volátil, pero uno no es consciente de ello hasta que la pierde. Así, sin más. Un día te despiertas y tu mundo ya no existe. Todo lo que era ya no es. Y entonces, ¿cómo se arregla eso? Ni idea. Ojalá lo supiera.

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Pero hay que intentarlo, sin saber por dónde empezar, perdidos en el abismo de las apariencias. Porque a la sociedad no le gusta la gente triste, le asustan los problemas ajenos, huyen del enfermo de cualquier tipo. Bueno, pues entonces habrá que ponerse la máscara, sonreír de cara a la galería, hacer como que no pasa nada y emprender casi en solitario la batalla de la vida. Porque siempre merece la pena luchar, por los hijos, por el compañero de vida, por uno mismo. Suele ser esta lucha una carrera de fondo, seguramente con muchos baches en los que tropezar, un camino que estará lleno de sinsabores, de pérdidas, de decepciones. Pero no queda otra, hay que intentarlo, una y otra vez, las que hagan falta, para así recomponer los trozos y lograr volver a caminar en paz. Queda mucho para todo eso, lo más duro seguramente, las debilidades afloran y los miedos se multiplican, tanto como las preguntas. ¿Por qué, cuándo comenzó a desmoronarse todo?

Antidepresivos y ansiolíticos están a la orden del día en nuestro país para que millones de personas, con las que vivimos, trabajamos o nos tropezamos por la calle, puedan afrontar la vida cotidiana. ¿Qué estamos haciendo, qué nos está pasando? ¿Tan difícil es ser feliz en nuestros días? Ya lo cantó en su día Joaquín Sabina, «Y si protesta el corazón / En la farmacia puedes preguntar: / ¿tiene pastillas para no soñar?». También es verdad que en España, con cuatro psicólogos y seis psiquiatras de media en la sanidad pública por cada 100.000 habitantes, es más fácil recetar pastillas para que el ciudadano crea que va en el buen camino en su particular búsqueda de la ansiada felicidad. Toda una falacia, no hay medicamento ni droga que en su prospecto asegure que todo va a ir bien en la vida.

Por mi parte, las pastillas de la alegría las voy a dejar para otros, no es momento de nublarme la vista. Aunque mi disfraz de superwoman ya está un poco ajado de tanto uso, me lo voy a enfundar de nuevo y cargada de esperanza voy a emprender una lucha titánica. Todo sea porque la vida vuelva a ser no ya como un día fue, sino como un día soñé que era. Que es bien distinto.

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