Cuando a las 12,30 del pasado martes María Australia Navarro anunciaba en las puertas del Parlamento de Canarias la ruptura unilateral de las negociaciones para el pacto con Coalición Canaria y su renuncia a entrar en el Gobierno de Fernando Clavijo, habían pasado solo doce horas de la última reunión secreta e inesperada con el presidente del Gobierno de Canarias en la que pidió más tiempo ante los incendios incontrolados en su partido.
Publicidad
Antona y Australia Navarro aceptaron, a regañadientes, pero con voluntad, las explicaciones de Clavijo, pero la situación se volvió insostenible a medida que los responsables de prensa del PP informaban a la cúpula de que se había filtrado la reunión secreta que se celebró el viernes en Moncloa, entre Mariano Rajoy y Fernando Clavijo. En distintas declaraciones, miembros destacados de Coalición Canaria dejaban entrever que Clavijo “arreglaría” el pacto en sus contactos con María Dolores de Cospedal, en visita programada como ministra a distintas instalaciones militares de las islas, y, después lo remataria en la reunión definitiva con Rajoy.
Sin expresarlo abiertamente, Coalición volvió a tirar mano de la estrategia del “desprecio a los medianeros” que utilizó con el PSC en su crisis de octubre del año pasado y también derivó en otra ruptura del pacto de gobierno.
Los dirigentes del PP ya venían cansados de las dilaciones constantes en las negociaciones y el propio presidente les acababa de pedir otro plazo más. Las dos ultimas reuniones del pacto las desconvocó Coalición Canaria sin explicaciones convincentes. En las conversaciones y contactos privados los negociadores ponían palos en las ruedas que obligaba a poner fechas, la última el 19 de julio, miércoles. La desesperación hacia mella en el PP que quería solventar el pacto lo antes posible y notaba como CC dilataba los tiempos para agotarlo y salvar su situación interna.
El lunes 17, cuando la cúpula del PP valora la situación, concluye que, a pesar de llevar un mes de negociaciones, no se ha avanzado absolutamente nada y que las dilaciones son constantes. Deciden esperar, aunque el malestar sigue en aumento por la falta de comunicación del Gobierno para negociar el mayor crédito extraordinario de la historia de la comunidad, los 340 millones, de los más de 450 que Canarias arrancó al Estado en los Presupuestos Generales. El martes comenzaba el debate y nadie se había dirigido a ellos para negociar. Deciden hacer públicos sus reparos al destino del crédito, poniendo como excusa las partidas destinadas a propaganda. Rosa Dávila reacciona. El martes por la mañana se reúne con el PP en una de las salas del Parlamento con una actitud que los asistentes a la reunión calificaron de «altanera». Dávila se enrocó en su posición de Gobierno para no dar explicaciones a ningún grupo político sobre el destino de las partidas. Fue el diputado Jorge Rodríguez el que se encaró a ella para recordarle que estaba en minoría y que si quería los votos del PP debía negociar el destino. La reunión terminó como el rosario de la aurora y el PP comenzó a buscar apoyos en otros grupos parlamentarios para tumbar la Ley de Crédito extraordinario. Cada grupo había aprobado sus propias enmiendas y fue Román Rodríguez el que convenció al PP de no ir por ese camino, sobre todo cuando se trataba de dinero para los servicios públicos. Nueva Canarias nunca ha votado en contra de un crédito extraordinario, es más, ha pedido un mayor grado de endeudamiento para satisfacer los servicios básicos.
Publicidad
Al mismo tiempo en CC se encienden las alarmas y se da la orden de negociar a toda prisa. Aceptan todas las enmiendas, salvo las de Podemos, lo que no impidió que la formación morada también votara a favor. A esas alturas los ánimos en el PP estaban muy caldeados, sobre todo por la actitud publica de CC que los culpaba de “poner plazos” a la negociación, de entorpecerla y de ser “medianeros”, alimentando la tesis de que Clavijo lo arreglaría todo pasando del PP canario. Antona tenía ese martes una comida programada con los presidentes insulares, convocados en la terraza del Casino de Santa Cruz. Explicó la situación. Estaban ya muy cansados de las maniobras de CC para dilatar la negociación y expuso los escenarios posibles y los contactos que, al mismo tiempo, hablaba con Génova. Antona tenía también muy claras las instrucciones de Rajoy en una conversación privada un mes antes en La Moncloa. Tenía las manos libres para entrar en el Gobierno o quedarse en la oposición y prestar apoyos puntuales a CC y a NC, actor inesperado que condiciona toda la estrategia, pero que nunca pidió el PP que no entrara en el Gobierno.
Los presidentes insulares mostraron su apoyo y salieron de la reunión con la sensación de que la negociación estaba realmente atascada y de que no habría pacto con CC. Pero aún quedaba margen y Antona estaba dispuesto a explorar las posibilidades, aunque, desde el principio no estuvo convencido de que entrar era la mejor formula para presentarse a las elecciones dentro de dos años.
Publicidad
En CC las espadas estaban en alto. Ese mismo día los dos diputados de la Agrupación Herreña Independiente no acudieron al pleno del Parlamento en el que se debatía el Crédito Presupuestario como señal de su posición si Narvay Quintero era desalojado de Agricultura. Los mismos mensajes llegan desde Lanzarote, Fuerteventura y, sorpresivamente, de Gran Canaria, a pesar de que Pablo Rodríguez ya había aceptado su destino de asesor del presidente.
Fernando Clavijo comienza a sentir, por prima vez, el peso de una organización en la que cada uno defiende su parcela celosamente, sin tener en cuenta los intereses generales, en este caso del partido y del Gobierno. En su seno interno casi se arrepiente de sus convicciones, las que le han llevado a defender un modelo organizativo de califatos, contrapoderes y presiones que solo funciona cuando se cede a lo que quieren. A decir de sus allegados el presidente está cansado de la actitud de su partido y lanza, en una entrevista en Onda Cero, un mensaje: “No he dicho que quiera volver a ser candidato de CC a la presidencia”. Los rumores se disparan.
Publicidad
Clavijo ha caminado mucho en la cuerda floja y quiere dar estabilidad a su Gobierno, amarrar la política que quiere desarrollar en los próximos años y evitar el desgaste al que lo someterá durante ese largo tiempo la oposición. Pero su partido se lo está poniendo muy difícil. Necesita estabilidad y quiere el pacto con el PP convencido, además, de que es la única fórmula para amarrar definitivamente a Antona y debilitar su futuro.
El martes por la noche Clavijo se traslada al Parlamento y se dirige a las oficinas del grupo parlamentario del PP donde lo esperan Australia Navarro y Asier Antona. El presidente les reitera su voluntad de llegar a un acuerdo y su disponibilidad, pero les pide tiempo para sofocar los incendios que se han producido en las islas. El PP vuelve a dar tiempo, a pesar de saber lo que ya sabían.
Publicidad
El miércoles 19 por la mañana, fecha en la que expiraba el plazo dado por el PP, alimentados por distintos portavoces de CC, los informativos y las tertulias hablan de la reunión política que mantendrá a la 13.00 horas el presidente del Gobierno de Canarias con la ministra de Defensa y secretaria general del PP, de la que saldrá el acuerdo que Antona entorpece en Canarias con pretensiones inasumibles y que no se corresponden con el poder de Ana Oramas en Madrid.
Carlos Alonso alienta la teoría de que el PP canario debe aceptar un pacto de apoyo a CC desde fuera del Gobierno. «Nosotros no hemos pedido entrar en el Gobierno de Rajoy” argumentaba sin recato ni cálculo de la distancia entre ambos ejecutivos y el poder que los separa. Asier Antona no está dispuesto a pasar por esto. Por primera vez ha logrado cierta autonomía para pactar o no y no va a quedar como «medianero». Hace varias llamadas a Génova, expone la situación y la salida que va a adoptar. Informan a María Dolores de Cospedal, que no pone reparo alguno, aunque la incomoda su reunión «oficial» con Fernando Clavijo. Lo que no sabe Cospedal es que Antona da instrucciones a Australia para que convoque a los medios a las 12.30, media hora antes de la reunión de la ministra y el presidente del Gobierno. La estrategia del PP es romper el discurso de CC y evitar una nota de prensa de Barragán en la que explicaría la buena disposición de Cospedal a un acuerdo con CC. Comunicarlo a los medios paraba también las maniobras internas en el PP y las presiones.
Noticia Patrocinada
Antona llama al móvil de Clavijo y le explica la situación y la decisión adoptada. Cuando recibe a Cospedal a las puertas de la presidencia ambos ya saben que las negociaciones están rotas y, lo más importante, que no hay marcha atrás, que se había acabado con el juego del gato y el ratón. El PP y La Moncloa hablan de la estrategia y se pone sobre la mesa la posibilidad de suspender la reunión de Clavijo con Rajoy poniendo alguna excusa. Se decide que no, pero que no habrá fotos, ni declaraciones de ambas partes, como así ocurrió.
Antona se siente mas cómodo para hacer oposición en los limites que están establecidos por Rajoy y rápidamente pone en marcha los contactos con el resto de partidos con representación en el Parlamento para retomar algunos asuntos que él mismo había dormido a la espera de llegar a un acuerdo con CC, entre ellos poner en orden la RTVC.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión