«El régimen monárquico es parte del ADN marroquí»

— Este domingo se cumplen 18 años de reinado de Mohamed VI. ¿Lo celebrarán ustedes con una gran recepción, como suelen hacer?

— El día 30 de julio el pueblo marroquí celebra con alegría y júbilo el 18 aniversario de la exaltación al trono del rey Mohamed VI. Un monarca que se ha ganado el respeto y el amor de su pueblo y que en estos últimos dieciocho años ha logrado transformar el país con múltiples reformas en numerosos dominios. Con la instauración de una nueva Carta Magna aprobada en julio del 2011 se ha consolidado el proceso democrático que es extremadamente importante para el Estado de Derecho.

— ¿Qué destacaría del Marruecos actual y de sus logros?

— Hoy Marruecos es una nación que destaca por su estabilidad en África y en el mundo árabe y tiene a la cabeza de sus prioridades los objetivos de su desarrollo político, humano, económico y social. Con una economía libre de mercado afianzada, se ha convertido en un país emergente que ha crecido durante la última década en más del 3% y se proyecta en los años que vienen con un futuro prometedor.

— ¿En esos logros, qué papel juegan la visión del monarca, el Gobierno y el sector privado?

— El modelo actual marroquí es fruto de la visión estratégica que tiene el jefe del Estado para el país. Un modelo que comparten y han apoyado los sucesivos gobiernos durante estos últimos 18 años, con el apoyo y la contribución del sector público, el privado, los operadores económicos y el pueblo llano que es trabajador. Gracias a la simbiosis entre rey, Gobierno y pueblo, y el trabajo común de largo recorrido, Marruecos es hoy en día un modelo a seguir en su contexto africano y árabe. Los marroquíes, todas las tendencias políticas mayoritarias incluidas, son unánimes en estar dispuestos a conservar y desarrollar este modelo de sociedad abierta.

— ¿Y la monarquía cómo la ven los ciudadanos marroquíes?

— El régimen monárquico forma parte de nuestro ADN. Desde la dinastía de los adarisas (a 720) hasta la alauita actualmente reinante, Marruecos siempre ha sido una monarquía. El rey Mohamed VI ha demostrado ser un líder con alturas de miras y una visión modernista y pragmática que ha situado su país en el buen camino. Una nación respetada en el concierto de naciones y una pieza clave en la lucha contra el extremismo, el terrorismo y con una gran proyección estabilizadora para todo el continente.

— Este año ha sido de cambios en el Gobierno de Marruecos, ¿ha tenido influencia en las relaciones con España?

— La coalición gubernamental está formada por seis partidos, de los cuales cuatro han formado el anterior Gobierno. Tanto el anterior Gobierno como el actual han dado una gran prioridad a las relaciones bilaterales entre nuestros dos estados, que se han situado en un muy alto nivel de alianza estratégica económica. Y esto es gracias al impulso que han dado a esta relación los jefes de Estado de los dos países amigos y aliados, el rey Felipe VI y el rey Mohamed VI, cuyas relaciones fraternales son el motor que dinamiza aún más las relaciones bilaterales, que pasan hoy en día por su mejor momento.

— ¿Cuáles son los puntos fuertes de estas relaciones en estos momentos?

— La relación es tan rica y variada que sería largo de enumerar todos los dominios, porque son importantes todos y algunos son de gran relevancia estratégica. Son estratégicas por ejemplo las relaciones económicas y comerciales. Hoy España es el primer partenaire comercial de Marruecos en África y en el mundo árabe. Las estadísticas nos indican su importancia: más de 7.000 millones de euros en exportaciones españolas hacia mi país y España importa de Marruecos productos por un valor que supera los 4.500 millones de euros. Además, más de 800 empresas españolas están establecidas en Marruecos. Hay una relación política excelente, aparte de la alianza económica estratégica. A mi modesto entender, las diplomacias de los dos países tienen convergencia de visión sobre muchos asuntos bilaterales y cuestiones de índole internacional. El Gobierno del presidente Rajoy mantiene una excelente relación con su homólogo marroquí. Los parlamentos de los dos países tienen una convención de cooperación y se reúnen anualmente para discutir de temas de interés común... En el aspecto social, otro dominio estratégico para mi país es el hecho de que más de 800.000 marroquíes residen en España y están bien integradas en la sociedad española, de los que unos 30.000 residen habitualmente en Canarias. Me consta que están agradecidos a su país de residencia, España. Una gran nación donde evolucionan, trabajan y ayudan a su desarrollo y contribuyen al mantenimiento del Estado de bienestar

— ¿Y la seguridad para la estabilidad y la paz?

— En el campo de la seguridad, la cooperación antiterrorista entre España y Marruecos es ejemplar, un modelo a seguir, y ello teniendo en cuenta el rol central de ambas naciones en Europa y África en materia de seguridad y estabilidad continental. Cooperan también en la lucha contra el crimen organizado y contra todo tipo de tráficos ilegales, por supuesto también contra las redes de tráfico de personas. Ambos países comparten un enfoque global eficaz de seguridad y humanista en materia de inmigración.

— ¿En qué campos habría que mejorar?

— Hay un aspecto de cooperación muy relevante que aún no he citado, me refiero al área cultural. La presencia cultural de España en Marruecos data de la época del protectorado. Hoy en día disponemos creo que del mayor numero de institutos Cervantes en el mundo. Y numerosos centros de educación españoles en el país. Más de 4 millones de hispanoparlantes marroquíes. La cultura y la lengua española es muy valorada en Marruecos, junto con la francesa. Son dos tesoros que conservamos con mimo junto a nuestra cultura árabe-bereber y nos enorgullece mantenerlas porque además nos abren las puertas de muchos otros países. Hay cooperación entre las diferentes universidades de los dos países. Me gustaría ver hecho realidad el proyecto de una universidad española en mi país y la apertura de centros de educación españoles en el sur de Marruecos. Hay mucha demanda en este sentido. Podría ser un succés Project. Habría que mejorar también en la comunicación y el conocimiento de nuestras sociedades. A veces tengo la sensación de que Marruecos es un gran desconocido en España, estando tan cerca. Hay estereotipos y clichés fijados que no corresponden a la realidad actual del país.

— Sigue latente el asunto del futuro del Sáhara Occidental. ¿Ve una salida a corto plazo o estamos condenados a que se perpetúe en el tiempo?

— Si este contencioso se perpetúa, la responsabilidad de ello recae únicamente en los dirigentes del Frente Polisario y en su mentor, Argelia, que se mantienen en posiciones fijadas y maximalistas sin ninguna evolución. Mientras que la realidad de su entorno ha cambiado completamente, estos siguen aferrados a análisis y cálculos caducos. En cambio, Marruecos ha puesto sobre la mesa desde hace diez años una solución política, modernista, que es acorde con el principio de libre determinación y que satisface a la mayoría aplastante de la población del Sáhara. Me refiero al Plan de Autonomía para el Sáhara propuesto por el monarca y el Gobierno marroquí y por el que la población saharaui tendrá la oportunidad de gestionar sus propios asuntos dentro del marco de la soberanía del reino de Marruecos. Esta es la solución más realista, adecuada y viable para arreglar este contencioso. El Consejo de Seguridad de la ONU considera dicha iniciativa como proposición seria y creíble.

— ¿Cómo se articular ahora administrativamente el Sáhara Occidental?

— En el mapa administrativo, las provincias del Sáhara están divididas actualmente en tres grandes regiones: Oued Noun-Guelmim, región del Laayoune [El Aaiún] y región de Río de Oro. Sus presidentes son todos saharauis nativos electos, los alcaldes de todas las ciudades de estas regiones también son saharauis electos al igual que los presidentes de las comunas. Estas provincias están representadas también en el Parlamento marroquí por diputados y senadores electos. En estas tres regiones habita una gran mayoría de saharauis que junto con los otros que habitan en otras provincias del norte de Marruecos, nos encontramos con más del 80% de la población del Sáhara. En las sucesivas visitas del rey Mohamed VI a estas regiones, la población se ha adherido a la corona y ha apoyado el Plan de Autonomía para la región propuesto por el reino. Las partes adversas deben aceptar esta realidad que es crucial a la hora de buscar cualquier solución política viable, realista, realista, duradera e incluyente.

— Pero el Frente Polisario y quienes lo apoyan sostienen que Marruecos ocupa ilegalmente el Sahara. Usted, que es saharaui, ¿qué responde a eso?

— Es propaganda sectaria de esta organización sin fundamento jurídico ni político. Marruecos reintegró el Sáhara, que nunca fue un Estado, a través de un acuerdo reconocido por las Naciones Unidas. La mayoría aplastante de la población y la Yemaa presidida por Jatri Ould Jumani apoyó y aceptó este acuerdo.

— Según el Frente Polisario, el Tribunal de Justicia Europeo dice que el Sáhara no es Marruecos y que es ilegal explotar los recursos naturales por esta nación...

— He leído la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo. En el fallo del tribunal se condena al Frente Polisario a pagar las costas por su recurso formulado contra el acuerdo agrícola Unión Europea-Marruecos y se refutan todos los argumentos del recurso presentado por la defensa del Folisario poniendo en vigor el mencionado acuerdo en contra del criterio del Frente Polisario, que pedía que fuese nulo y sin efecto. En lo que concierne al estatus del territorio, dicho tribunal señala en preámbulo que hay un litigio sobre el territorio cuyo arreglo está en manos de Naciones Unidas y que la explotación de los recursos naturales del mismo debe hacerse en beneficio de la población del mismo. Y esto es precisamente lo que está haciendo Marruecos. En ningún momento se prohíbe la exportación de los productos. Es por ello, por lo que la exportación de productos del Sáhara es legal dado de que la población se beneficia directamente de los recursos de la región.

— ¿Le preocupa la acogida que dispensan algunas instituciones publicas en Canarias al Frente Polisario? ¿Enturbia esto la relación con Canarias?

—Las relaciones entre Canarias y Marruecos son excelentes, van en la misma sintonía que las relaciones bilaterales entre los dos Estados amigos y aliados. La relación de buena vecindad y cooperación con Canarias es una prioridad a la que ambas partes acordamos un gran interés. Dicho esto y en respuesta a su pregunta, pongo en su conocimiento que tengo tanto a nivel personal como institucional una excelente relación con el Gobierno de Canarias y con la mayoría de las instituciones públicas y las corporaciones locales canarias. La política exterior es competencia exclusiva del Estado y de la diplomacia española y en algunas aéreas que conciernen al archipiélago participa el Gobierno de Canarias y creo que también el Parlamento regional, pero no las corporaciones locales. La del Polisario es una causa perdida por la que no se debe apostar. No es representativo de la verdadera sociedad saharaui. Ya son 44 países los que ha retirado el reconocimiento al Frente Polisario y a su república ficticia, cuando hasta hace poco eran 80 los que respaldaban la existencia de dicha entidad. En el continente africano el éxito de la diplomacia marroquí ha hecho que solo 18 países reconocen dicha entidad, una minoría. No sé por cuanto tiempo más... Por lo demás, me gustaría dejar claro aquí que el curso de la historia de Marruecos sigue su vía normal por el buen camino... Sin prisas pero seguro.

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