‘La barajita’ como nexo de unión
Desde hace cuarenta años, un grupo amplio de amigos se viene reuniendo a diario en La Puntilla, en la playa de Las Canteras, para jugar a la barajita, un juego similar al bingo pero con los naipes españoles. «Es nuestro nexo de unión, lo que hace que cada tarde la pasemos juntos», exclamaba una jugadora mientras marcaba una carta. La barajita es igual que el bingo, pero con las cartas y tiene hasta su jerga particular: el as de oro es el huevo, el as de basto el bicho, la sota de oro la perejila y el rey de basto el tuerto. Y, ¿por qué con cartas en vez del bingo tradicional? «Al principio jugamos al bingo, pero con el tiempo pasamos a las cartas que es más divertido y así nadie nos dice que somos unas bingueras», decía Trini Romero mostrando los cartones. «Además, creo incluso que el bingo está prohibido, así que mejor jugamos con las cartas para entretenernos y pasar la tarde sin molestar a nadie». Mientras iban cantando las cartas ganadoras, otras componentes de este grupo de amigos de toda la vida seguía desvelando los entresijos de la barajita: «Nos gusta venir cada tarde, hasta cuando llueve. Es nuestra manera de pasar el tiempo y conseguir estar entretenidos en compañía de amigas y amigos de más de veinte años», sostiene Eva, una de las más jóvenes del grupo. «Vienen las mujeres y sus maridos, aunque muchas de ellas ya están viudas o ya son demasiado mayores para venir cada tarde, pero para ellos el jugar alguna mano en la arena es la mejor medicina para seguir con vitalidad y entusiasmo», decía, perdiendo el hilo de la partida: «Bueno, la próxima será porque la verdad es que no me estoy enterando de nada», sonreía. La cita es a las cuatro y media de la tarde en la zona del Real Club Victoria y en ese lugar, cada uno se lleva sus cartones que han fabricado en sus propios hogares: «Siempre traemos los mismos por tradición o incluso superstición», señala Jesús Manuel Martín. También es curioso la manera que tiene cada jugador de marcar las cartas en los cartones. La mayoría de ellos lo hacen con la propia arena de la playa, que la cogen con cucharas o cazuelitas, pero otros optan por botones, fichas o piedras de colores: «Todo depende de como vaya la tarde, si ganas sigues y si pierdes, pues cambias de marcador». También el viento condiciona bastante: «Si hay ventolera, se te vuela lo marcado», se reía Jesús Manuel Martín. Lo que sí advierten es que es un grupo cerrado: «Somos amigos de toda la vida, así que no es venir y jugar. Si alguien quiere, que se vaya acercando poco a poco», exclama Trini Romero.
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