Valle Gran Rey es del PSC
La moción de censura presentada pudo prosperar gracias al tránsfuga Ruymán García que además, consigue hacer realidad su sueño: ser el nuevo alcalde. El Partido Socialista Canario (PSC) recuperó ayer Valle Gran Rey, después de que perdiera el municipio con la dictadura de Franco.
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Las amenazas de expulsión que profirió en la víspera el vicesecretario general del Partido Socialista (PSOE), José Blanco, no se escucharon en Valle Gran Rey, municipio que desde ayer se integra en el gran bastión de Casimiro Curbelo que es La Gomera.
De hecho, el portavoz del grupo municipal, Alberto Roldán, afirmó sin ningún tipo de recato que «no he oído» a José Blanco «ni conozco» lo que dijo.
Justo después de finalizar el Pleno, que estuvo amenizado por los insultos que se intercambiaron tanto los contendientes políticos como un público que estuvo siempre dividido entre un partido y otro, Roldán indicó que todavía no se les había notificado la toma de medidas disciplinarias, así que dijo que «cuando nos lo comuniquen, nosotros tomaremos nuestras medidas en la trastienda de nuestro partido, no en los medios de comunicación».
Sin comunicación.
Tampoco ha habido comunicación entre los concejales que votaron a favor de la moción de censura y la dirección regional. «Yo no he hablado con el secretario general -Juan Fernando López Aguilar-, sino con mi grupo y con nuestra agrupación. No lo creímos conveniente, ni pensamos hacerlo ahora», subrayó.
En cualquier caso, los concejales díscolos del PSC dijeron tener la conciencia tranquila después de desobedecer las directrices marcadas a nivel regional e incluso, desde la dirección federal. «No sé cómo queda el Pacto Antitransfuguismo -respondió Roldán-. A mí me da igual, porque yo no seré el que lo modifique».
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Lo cierto es que en ningún momento surgió la duda por parte del grupo que ha apoyado la moción de censura y que ha hecho alcalde a Ruymán García, hasta ayer primer teniente alcalde y mano derecha del censurado Esteban Bethencourt.
Precisamente fue esta circunstancia la que explotó intensamente tanto el alcalde desalojado como el grupo municipal. Tras repasar todos los cargos públicos y orgánicos que ha tenido García al amparo de Coalición Canaria, Esteban Bethencourt le acusó de «engañarnos a todos, nos ha traicionado, a sus compañeros de partido y al pueblo. Usted se ha convertido en el tránsfuga más importante de España».
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Pero Ruymán García no se quedó corto. En su intervención previa a la de Bethencourt le calificó de «fariseo, que habla mucho y hace poco y no tiene capacidad para pisar el polvo que pisa este pueblo».
Nuevo partido.
El nuevo alcalde reconoció que Bethencourt ha «ayudado a crecer a Valle Gran Rey, ha sido un buen alcalde, pero no su partido porque se ha presentado por la UCD, por AGI y por último CC. Ahora ya tiene el registro de un nuevo partido de cara al congreso de Coalición Canaria», extremo que no desmintió el dirigente nacionalista.
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El otro centro de las críticas fue la actuación del Partido Socialista Canario. Esteban Bethencourt dijo que «en estos 29 años el PSC lo ha intentado todo. Hoy pretenden arrebatar lo que el pueblo les negó, incumpliendo el Pacto Antitransfuguismo, los estatutos de su partido y los acuerdos mientras que Casimiro Curbelo y Julio Cruz miran para otro lado».
El portavoz del PSC replicó que «le censuro con la tranquilidad de saber que peor no lo puede hacer nadie».
Alberto Roldán acusó al ex alcalde de tener a todo el grupo de sus concejales «maniatados, y lo único que sabía hacer -añadió- era cobrar 3.000 euros sin remordimientos, mientras algunos tenían que salir del pueblo para ir a buscar las comida de sus hijos», lamentó.
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El cáncer como arma arrojadiza.
Los contendientes en el Pleno no tuvieron la moderación que imponen sus respectivos cargos. El cáncer que aqueja al ex alcalde se convirtió en una arma arrojadiza más. En una de sus muchos ataques que propinó a su delfín hasta hace poco tiempo, Esteban Bethencourt recriminó a Ruymán García que «usted no ha tenido siquiera respeto por mi estado de salud», lo que le mereció un sonoro abucheo por parte del público asistente. El portavoz del PSC, Alberto Roldán, al describir sus ausencias le advirtió que no valía con excusarse por su «enfermedad».
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