Valerón, a un partido de los 400 en Primera División

Jueves, 16 de julio 2020, 14:44

Juan Carlos Valerón está a un partido de alcanzar los cuatrocientos en la Primera División, una cifra al alcance de los elegidos y que le seguirá diferenciando tras una carrera profesional marcada por el talento y la ejemplaridad. El pasado sábado, en Vallecas y frente al Rayo, el genial jugador de Arguineguín cumplió 399 encuentros en la máxima categoría.

Publicidad

En cuanto Quique Setién le vuelva a dar bola, Valerón aumentará su historia, que comenzó un lejano 21 de septiembre de 1995 cuando debutó con la camiseta de la UD en un compromiso de Copa del Rey frente al Mensajero en el antiguo estadio Silvestre Carrillo. A las órdenes de Pacuco Rosales, sustituyó en el minuto 79 a Paquito. Ahí culminaba una incipiente progresión en el Arguineguín y filial de Las Palmas, arrancando, en adelante, una trayectoria que llega hasta hoy.

El Real Mallorca fue su primer equipo en la elite, luego de destacar en la UD y protagonizar, en 1997, un traspaso de 300 millones de pesetas de la época. En el club bermellón totalizó 36 partidos, suficientes para que el Atlético de Madrid, una campaña más tarde, lo importara al Calderón. Allí, con la rojiblanca, vivió dos cursos convulsos, con el corolario de un descenso a Segunda que le hicieron emigrar al Deportivo de La Coruña, destino en el que echaría raíces y viviría sus años más prósperos. Trece años con títulos (una Copa del Rey en el Bernabéu frente al Madrid de Zidane y dos Supercopas), llamadas de la selección española, exhibiciones en todos los campos de Europa y de reconocimientos unánimes. También de lesiones (de 2006 a 2008, por la rotura del cruzado de una rodilla y posterior recaída no pudo jugar). Salvando un año, todos con el Deportivo fueron en Primera y con especial recorrido en la Liga de Campeones, competición en la que Valerón dejó majestuosidades en San Siro, Olímpico de Munich u Old Trafford, entre otros santuarios.

Cuando parecía que su retiro tendría lugar en Riazor, en el verano de 2013 Miguel Ángel Ramírez logró convencerlo para que retornara a su casa y ayudara a rescatar a la UD, que arrastraba más de diez años fuera de la Liga de las Estrellas. Tardó dos temporadas en lograrlo y ahora, al fin, puede comparecer de nuevo en los estadios más lustrosos. En todos, sin excepción, es venerado y aplaudido, una pleitesía ganada como pocos con su fútbol de seda y personalidad entrañable.

Los últimos retazos de Valerón siguen deparando secuencias únicas. En septiembre, sin ir más lejos, con la UD de visita al Nou Camp, le informaron en el vestuario, acabado el partido, de que le esperaban para saludarle. Cuando se asomó a la bocana, allí estaba Iniesta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad