Un proyecto que la crisis no puede derrumbar

Viernes, 17 de julio 2020, 08:52

La vida de José Díaz dio un giro de 360 grados. Este profesor de inglés, nacido en Las Palmas de Gran Canaria, solicitó en su día a una ONG británica la posibilidad de colaborar con ellos en alguno de los proyectos que manejaban. La casualidad lo llevó a Nepal y este país lo enganchó. «Allí he conectado con la vida. Todo se simplificó. Mientras cada día pueda comer, beber agua y respirar ya soy feliz. Nepal te aporta serenidad y sosiego, y un contacto total con la naturaleza, porque allí dependes de ella», explica.

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Durante esos dos años, José vivió de primera mano las carencias de muchos niños, la pobreza de sus familias y las consecuencias más dramáticas: tráfico de niñas, explotación laboral infantil y niños de la calle. Con la ayuda de unas pocas personas, comenzó un proyecto de escolarización de estos niños y de apoyo a las comunidades donde viven. Educanepal se crea para que este proyecto se conozca y así permitir que todo aquél que lo desee, pueda colaborar. Esta labor se realiza a través de la escolarización, la formación profesional, la generación de recursos y campañas de sensibilización en zonas marginales.

Todo empezó con la escolarización de 160 niños, pero la labor realizada por Educanepal ha ido a más. En estos momentos trabajan en 32 aldeas, con cerca de 4.000 niños escolarizados. Tienen dos casas de acogidas, con capacidad para 25 niñas abandonadas o huérfanas, y un refugio para niñas que han sido traficadas por la mafia o por mujeres que han sido abandonadas por sus maridos. José Díaz vive en el distrito de Makwanpur, al sur de Katmandú, cerca de la frontera con India, lugar que tiene el segundo índice más alto de tráfico de niñas de Nepal.

Allí su labor es admirada por la población. Cada vez son más las aldeas que solicitan la labor de Educanepal, pero en estos momentos de crisis la organización ve cómo las ayudas económicas que perciben, sobre todo de instituciones grancanarias, se recortarán y confían en poder lograr una mayor cantidad de socios o de gente que apadrine niños para seguir ampliando una labor social de gran calado.

La formación que están realizando en Nepal está teniendo sus frutos, porque en esas zonas donde trabajan ya las mafias no convencen a padres desesperados, hartos de miseria y llenos de hijos, para que vendan a sus hijas, que son llevadas en edades comprendidas entre los seis y los doce años, a los burdeles de la vecina India, donde son explotadas, cuando no metidas en los circos donde las enseñan a realizar acrobacias y las explotan sexualmente, acabando muchas de ellas víctimas del alcoholismo, las drogas o de enfermedades infecciosas como el sida. Recuperar la sonrisa y la esperanza. Educanepal quiere seguir adelante y confía en la solidaridad de la gente en estos tiempos difíciles y poder recibir ayudas de instituciones que hasta ahora han sido importantes en el caminar diario.

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