Un coleccionista anónimo comparte sus gustos en Mapfre
La historiadora del Arte Alejandra Villarmea conoce bien al coleccionista tinerfeño que hasta el próximo 13 de enero exhibe parte de su colección privada en Mapfre Guanarteme. Bajo el título Cartografías del gusto. Vivencias con el arte, las preciadas piezas de autores como Francis Bacon, Tàpies o Barceló salen de la casa de su anónimo propietario.
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El señor X por pudor, por cuestiones de seguridad o para no situarse en el punto de mira del fisco prefiere mantenerse de incógnito. Sin embargo, lo que sí se conoce es su deseo de compartir su pasión por el arte contemporáneo con el resto de la población. Un hecho que se podrá constatar hasta el 13 de enero en la sede grancanaria de la Fundación Mapfre Guanarteme donde se exhiben 45 piezas de su colección. Obras que ha ido acopiando desde los años 70 y que han evolucionado junto a sus gustos.
La muestra, titulada Cartografías del gusto. Vivencias con el arte, ha sido comisariada por el propietario de las obras, que ha escogido las piezas que no se exhibieron en otra exposición de su colección que acogió la misma fundación en 2012.
La historiadora del Arte Alejandra Villarmea ha sido la encargada de intentar articular un discurso expositivo para darle forma a la muestra. «A la hora de elaborar un discurso abstracto se distingue su preferencia por lo siniestro, con determinadas iconografías tanáticas -relacionadas con la muerte-, con cierto toque neobarroco y romanticista», explica la experta, que también distingue otras tres líneas en la colección: el gusto del propietario por el grabado y el dibujo; su predilección por las obras de artistas jóvenes norteamericanos -debido a su proximidad a ciertas galerías canarias y peninsulares- y su tendencia a comprar piezas de la vanguardia artística española de los años 60.
La pieza El acomodador, de Andrés Rábago El roto, nos invita a entrar en el territorio plástico del coleccionista. Entre las piezas que podemos encontrar están un grabado en offset de Francis Bacon titulado Studies of a human body, de 1977; una xilografía de Tàpies de su serie Nocturn, de 1995; un grabado de la serie Lanzarote de Miquel Barceló y el aguafuerte Leizarán de Chillida. «Una de las constantes de la colección es el grabado y el dibujo, muchas veces estas técnicas son la forma de acercarse a las obras de grandes autores que se exceden en el precio a lo que el coleccionista puede abarcar», explica Villarmea.
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El coleccionista busca la excepcionalidad en los trabajos de los autores canarios, por ello escoge piezas que no se ajustan al estilo característico de los autores. Así, de Juan Gopar nos encontramos unos insospechados retratos neobarrocos, de Pepe Dámaso se exhibe la obra abstracta A mi amigo Plácido Fleitas y de Gonzalo González unos bodegones de aire gótico.
Entre los norteamericanos, figuran James English Leary, Walter Meigs, Brendan Cass o George Condo.
La muestra reúne esculturas de Juan Bordes, Gervasio Arturo, Abel Hernández o Carlos Chevilly.
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