Un cambio al ralentí
Hoy, 13 de junio, se cumple el primer año de la llegada al gobierno municipal del pacto tripartito que desalojó al PP del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. El poder compartido por PSOE, LPGC Puede y NC se ha convertido en un banco de ensayo político donde los cambios van al ralentí.
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El rescate social sigue siendo la bandera que reúne a los tres partidos integrantes del pacto de gobierno en Las Palmas de Gran Canaria. Ese fue el lema que dio soporte el pacto con el que PSOE, LPGC Puede y NC desbancaron al PP de la mayor Alcaldía de Canarias el 13 de junio de 2015. La presentación de ese plan prioritario se hizo esperar hasta enero, cerrando el periodo transitorio del primer semestre del mandato con una fórmula que mantiene el peso de la atención a los más perjudicados por la crisis en el ámbito de la colaboración con entidades privadas y ong, y reúne en un solo volumen el gasto social del Ayuntamiento. La medida estrella de esa vocación será la aplicación de una ayuda que compense el pago del recibo de la Contribución, o IBI, a unas 23.000 familias con rentas más bajas de la ciudad, una medida que aún está pendiente de concretarse.
Buena parte de ese gasto social está condicionado por la capacidad financiera que el Estado le reconoce al Ayuntamiento, un elemento que aún está por definir debido a dos factores. Gobierno y oposición no se ponen de acuerdo sobre las causas del retraso; mientras el alcalde vincula la limitación directamente a la política restrictiva del PP en el Estado, la posición la atribuye a la gestión precaria del equipo de Hacienda del tripartito, que no formalizado aún el cierre del ejercicio del 2015. En cualquier caso, uno de los grandes condicionantes de este primer año de gestión municipal ha sido la permanente vigilia forzada por la repetición de las elecciones generales.
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