Un astro del balón vuelve, en Sevilla

Canarias7

Viernes, 17 de julio 2020, 09:36

Meses antes del nacimiento de este periódico, en el verano de 1982, llega al fútbol español uno de los mejores futbolistas del momento. El FC Barcelona paga 1.200 millones de pesetas (su fichaje más caro hasta entonces) por el argentino Diego Armando Maradona, considerado el número 1 del fútbol mundial entonces. Verlo jugar era una delicia, pero una hepatitis y una lesión mermaron su rendimiento como jugador azulgrana. En ese tiempo, Maradona pasó por el Estadio Insular en abril de 1984, en una semifinal de Copa del Rey [qué gran partido de Sergio Marrero marcándole], con la UD Las Palmas en Segunda, bajo la dirección del uruguayo ya fallecido Héctor Núñez. Fue la primera vez que estuve cerca de él.

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La marcha del Barça, su paso por el Nápoles y el afloramiento de una vida oscura en un mundo de drogas marcaron el devenir del astro argentino. Hasta que en 1992, el Sevilla paga 7,5 millones de dólares al Nápoles por su pase y regresa al fútbol español.

La llegada de Maradona a la ciudad hispalense fue todo un espectáculo, y fue una verdadera fortuna vivirlo de cerca. Guardo en mi retina muchos recuerdos de aquel 28 de septiembre de 1992, en aquel Sevilla-Bayern de Munich de presentación ante el público en el estadio de Nervión. Me costó sudor y lágrimas que Diego Armando Maradona me concediera diez minutos después del partido, hice todo tipo de gestiones y rogatorios con mis diversos contactos en el club hispalense. Entrevistar a Maradona, como a cualquier figura mundial, era una aspiración profesional que colmaba deseos. Al menos conmigo se comportó como un ser excepcional, amable en el trato, humilde en el diálogo y con una cercanía inesperada.

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