Todos a una: "Prohibido rendirse"
En la plantilla de la UD Las Palmas no ha quedado muñeca sin una pulsera verde que ayer se repartió en el vestuario con una consigna bien explícita: «Prohibido rendirse». Todo, enfocado al encuentro decisivo de mañana ante el Real Zaragoza con el ascenso a Primera en juego.
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Pedro García, jefe de prensa del club, se personó en Barranco Seco con un obsequio de enorme valor simbólico destinado a los profesionales del equipo. Y todos lo acogieron de manera inmejorable, pues en un trocito de plástico queda perfectamente sintetizado el espíritu que reina en la caseta. El 3-1 que ha de remontarse para lograr el ascenso se ha convertido en un desafío que encaran con fe gigantesca. Y desde que finalizó el partido en La Romareda, los mensajes que llegan desde la UD redundan en la misma dirección. Jugadores y técnicos insisten en que lograr dos goles y no encajar, premisa mínima que garantiza el éxito, supone un listón factible, y más con el factor campo a favor, lo que conlleva una ambientación favorable.
El recibimiento apoteósico en el aeropuerto en la madrugada del jueves, las iniciativas que hay en las redes sociales para que los seguidores se citen en el estadio desde primera hora de la mañana para amenizar la espera y el aluvión de mensajes de ánimo que se están recibiendo en el club, donde se declaran «desbordados por tanto cariño», están llenando de estima y fuerza a unos jugadores conjurados hasta el límite para no dejar escapar la inmejorable oportunidad que se les brinda para entrar en la historia.
La pulsera con el lema mencionado se ideó para ayudar a una niña, Desirée, que, tras sufrir un accidente, necesita una prótesis para poder andar. Al precio simbólico de 1 euro, se comercializa con el fin de obtener el dinero necesario que permita la compra de este aparato. La UD, en su cuenta oficial de Twitter, dejó constancia expresa de su apoyo a esta iniciativa benéfica al hacer propio un lema ya ideado anteriormente pero de igual validez para lo que ahora afronta. «Prohibido rendirse». Así respiran en la UD en puertas del partido de la temporada y, quien sabe, si del siglo también.
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