Sofía emigra a las antípodas

Viernes, 17 de julio 2020, 11:44

Tiene 25 años, es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Complutense de Madrid y en unos días emigra a Australia, en principio por un año. Sofía González Díaz-Bethencourt explica qué documentos pide el país de los canguros para conceder el visado. Su primer objetivo es dominar el inglés.

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La casualidad, como tantas cosas en la vida, colocó a Sofía González, de 26 años, en la ruta australiana. Nacida en Madrid también por casualidad, pero criada en Las Palmas de Gran Canaria y formada en el colegio de las Teresianas, acabó la carrera en septiembre de 2012.

Antes, cuando se iba acercando este momento tan vertiginoso para la mayoría de los universitarios, pensó que debía mejorar su inglés. Envió varios correos electrónicos en busca de una beca y dio con Go Study Australia, una agencia especializada «en ayudar a gente que se quiere ir a Australia».

«Es gratis, te ayuda con el papeleo, el alojamiento, los cursos de inglés y, una vez allí, a traducir el currículum y cosas así». Tras acabar los estudios, Sofía encontró trabajo en Madrid en una empresa que al poco abrió una sede en Las Palmas de Gran Canaria. Y aquí que se vino Sofía, con gran alegría de su madre que pensó: «ya está aquí». Pero la joven no estaba segura de que aquel trabajo fuera su trabajo. ¿Buscar otro? «Muy complicado».

Seguía con la matraquilla del inglés. «La primera opción fue Inglaterra, pero está plagado de españoles. Y, además, sólo podía aspirar a trabajos tipo camarera no muy bien pagados». Hizo números con su padre y comprobó que le salía a cuenta optar por Australia, «un sueño».

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Su destino es Melbourne. «Al principio buscaré trabajo como camarera, después haré un curso de inglés económico e intentaré encontrar un trabajo en lo mío».

Dice Sofía que a Australia no ha llegado la crisis y que una frase habitual allí es: «Quien no trabaja es porque no quiere». Tiene un conocido que en Melbourne que gana unos 1.500 euros al mes como camarero y admite que sí, que aquella es una ciudad cara.

Entre ella y su padre han calculado que necesita unos 2.000 euros al mes para vivir como estudiante. Hasta que haga amigos y se vaya a un piso, se alojará en un backpackers, un hostal para gente joven, en el que compartirá la habitación con 10 personas. «Que sea lo que Dios quiera», apostilla.

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Cuatro claves:

24 horas de avión. El viaje desde Gran Canaria a Melbourne, la meta de Sofía, dura 23 horas y 45 minutos. «Con la diferencia horaria salgo de España un martes y llego allí un jueves, tienen once horas más». Hará escalas en Madrid y Dubai antes de llegar a Melbourne, la ciudad elegida.

50 páginas. La primera solicitud de visado que hay que formalizar en la Embajada tiene 50 páginas. «Te preguntan de todo, datos personales, estudios, ingresos, enfermedades, pretensiones en Australia, antecedentes penales. Me preguntaron qué aspiraciones tenía incluso fuera del país».

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Datos médicos. Los requisitos incluyen un cuestionario médico a fondo y un seguro médico que vale 140 euros. Sin este seguro no se puede entrar con visado de estudiante. También un control médico que hay que hacerse en dos clínicas privadas de Madrid que suman 130 euros.

Académico. Para conseguir el visado de estudiante hay que tener formalizada la plaza en la academia en la que se va a estudiar. Sofía ha pagado 4.000 euros por seis meses. El visado de estudiante cuesta 450 euros. Se solicita con todo el papeleo y el billete, por el que pagó 980 euros.

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