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Silencio para exigir respuestas

Viernes, 17 de julio 2020, 10:59

Con máscaras blancas y diez minutos de silencio, un grupo de personas sin hogar y los responsables del programa de Cáritas que los atiende efectuaron este jueves una acción o flashmob en Triana. Su único propósito, llamar la atención de la sociedad sobre una realidad que entienden se esconde o se oculta. Un grito sin sonido en demanda de dignidad y derechos.

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El 84% de las personas sin hogar que atiende Cáritas en la capital grancanaria son hombres, el 21% son personas jóvenes de entre 18 y 35 años, el 84% está solo y no cuenta con ningún tipo de apoyo familiar, y hay un 20% que no terminó sus estudios primarios. Tras estas cifras se encuentra la realidad de 589 seres humanos que, además de no tener un techo, se ven privados de acceder a cuestiones tan básicas como una tarjeta sanitaria o el Documento Nacional de Identidad.

Cáritas denuncia que la mayor parte de ellos son invisibles, cuando no incómodos, para la sociedad. Por eso, y con el objetivo de hacerse «visibles» y poner rostro a esos números, los responsables de la ONG y algunas de las personas que engrosan esas estadísticas, llevaron a cabo ayer en la calle Mayor de Triana una acción reivindicativa. Luciendo caretas blancas y guardando diez minutos de silencio, quisieron gritar su realidad. «Caritas ha querido hacer un acto distinto y traer a la gente que está necesitada en este municipio, la que no tiene un hogar donde vivir, un techo donde cobijarse». Con estas palabras explicó ayer el director de Caritas Diocesana de Canarias, Pedro Herranz, la acción que profesionales de la entidad y «personas que tienen que recurrir a obras sociales como Cáritas para poder sobrevivir el día a día» desarrollaron.

Añadió que la elección de caretas respondía al hecho de que «son gente que resulta invisible. Somos invisibles. Si no se hace una acto como este, la gente pasa de largo y no se entera de lo que está ocurriendo». Señaló también que si se trata de «un vecino uno se preocupa, pero si es una persona que se encuentra en la calle, parece que es parte del mobiliario urbano. Eso es lo que queremos evitar. Queremos que la gente sea visible y que se conozcan sus problemas».

Yolanda Rodríguez, responsable del área de Personas sin Hogar de Cáritas, expuso que lo más importante «es la dignidad y los derechos». Denunció que «una persona en esta situación no tiene papeles».

Derecho a cambiar. Los propios afectados por esta situación de exclusión hicieron ayer uso de la palabra y reivindicaron su «derecho a cambiar». Además, expusieron su rechazo «a que se nos criminalice, se nos juzgue y se nos vea como una amenaza». Manifestaron, además, su deseo «de dejar de ser invisibles y ser ciudadanos de pleno derecho».

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