Roldós hace una apuesta por el diálogo

Mi puerta estará siempre abierta». La delegada del Gobierno, Mercedes Roldós, hizo este jueves una declaración de intenciones al jurar su cargo como representante del Estado en las Islas. Insistió en su apuesta por el diálogo y el consenso ante el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y ante su predecesor, Enrique Hernández Bento, que no se acercó a felicitarla. Tras jurar el cargo, Roldós apeló en su discurso a la colaboración entre administraciones y al diálogo como «pilar esencial» de la acción política. En este sentido, destacó la necesidad de que Canarias y el Estado vayan de la mano en asuntos «de vital importancia para todos», como la financiación autonómica o el REF. Posteriormente, y en declaraciones a los medios de comunicación, también subrayó que entre sus prioridades estará la culminación de las obras de la carretera de La Aldea. En un salón del trono de la Delegación del Gobierno abarrotado de autoridades y con el exdelegado, Enrique Hernández Bento, en actitud displicente, Roldós asumió el cargo con «enorme responsabilidad» en una época, dijo, «que exige profundas reformas y un cambio de mentalidad para articular una nueva manera de hacer España». Y en esta tarea, considera fundamental que las administraciones actúen en «estrechísima cooperación». Por eso, expresó su compromiso de trabajar «por el ideal de que, en Canarias, esta comprensión recíproca se convierta en un fundamento permanente de la gestión pública». Señaló además su disposición a hacer cuanto esté en su mano para que España y Canarias «progresen como se merecen». Al respecto, apuntó que las directices del Gobierno de España «también son para el beneficio de Canarias, y desde la Comunidad autónoma se puede ayudar al conjunto del país en un permanente diálogo entre administraciones». La delegada hizo hincapié en que la administración debe ser «transparente, ágil, cercana y al servicio de las personas, un apoyo para los ciudadanos y para dar solución a sus problemas reales». Además, aprovechó el acto para reconocer el trabajo que realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado porque «son nuestra garantía frente a algunas de las principales amenazas a la convivencia pacífica», afirmó.

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