Rafael Robaina, responde

La ULPGC está en pleno proceso de negociación de su modelo de financiación con el Gobierno canario. ¿Cómo debe ser y qué se debe priorizar?

Robaina aboga por un modelo de cumplimiento de objetivos que incluya fondos estructurales básicos destinados a la investigación y al mantenimiento de las infraestructuras. Asimismo, defiende la inclusión de un fondo de suficiencia para mantener el crecimiento de la plantilla.

¿Qué modelo de relación con la Universidad de La Laguna establecería si fuera rector de la ULPGC?

Lejos del pleito surgido al nacer la ULPGC, Robaina recuerda que tras su creación se duplicó el número de estudiantes, «un clima que hay que seguir fomentando». «En los últimos años ha habido casos de colaboración que nos han mejorado. Juntas somos más fuertes», dice.

En los últimos años ha crecido el número de universidades privadas en Canarias. ¿Son competencia para una universidad pública como la ULPGC?

Para Robaina las universidades privadas no suponen una amenaza en cuanto a la matriculación de alumnos, ya que estas «tienen su propio perfil de estudiantes». Así, afirma que si las cosas «se hacen bien» no se debe temer que estas instituciones sean una competencia.

¿Cuál sería su primera medida para el colectivo de estudiantes?

Para los estudiantes, Robaina destaca entre sus medidas la creación de una oficina de atención con respuesta temprana. Aboga por un programa de formación para toda la vida y atención especial para mejorar la empleabilidad y mejorar las competencias en idiomas.

¿Cuál es su medida prioritaria para el colectivo de profesores e investigadores de la ULPGC?

Robaina se compromete a iniciar «al día siguiente» de las elecciones conversaciones «para mejorar las condiciones del PDI» y el actual marco reglamentario. Así, en el curso 2017-18 habría «un verdadero documento de incentivos» que se implantará año tras año si tiene éxito.

¿Qué opinión tienen de la reválida de bachillerato y cómo cree que tiene que ser la prueba de acceso a la universidad?

«Sea reválida o PAU, la universidad tiene que estar ahí, conjuntamente con la Consejería coordinando las materias que se imparten en bachillerato. Es la única manera de que no se produzca un fracaso estrepitoso los primeros años en la universidad», defiende Robaina.

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