Por los abismos de la Caldera

Viernes, 17 de julio 2020, 11:12

Discurre por los escarpados abismos de La Caldera de Taburiente. La ruta de los cabreros de La Palma exprime hasta la última gota de adrenalina del excursionista más intrépido. La única forma de transitar por ella es risqueando; es decir, aprovechando, al filo de lo imposible, cualquier saliente del precipicio. Vértigo puro.

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No es un sendero al uso ni está homologado como tal. Este vertiginoso itinerario de alto riesgo es sólo apto para titanes de la montaña.

La ruta por Risco Liso, uno de los enclaves más inaccesibles de La Caldera de Taburiente, serpentea un intrincado trillo por donde transitaban los cabreros más osados y atrevidos de La Palma siguiendo la estela de sus montaraces caprinos por desfiladeros imposibles. La misión era buscar pastos o desplazarse de un sitio a otro por el trecho más corto y, sin duda, peligroso. Estas trochas son conocidas como pasadas. Y, realmente, hacer este recorrido es una pasada.

Pese a los lances extremos que comporta su realización, esta descarnada senda no está vedada. Tampoco señalizada ni marcada, por lo que, debido a las dificultades límite de la travesía, sólo la pueden hacer aquellas personas que están bien adiestradas y, sobre todo, conocen como la palma de su mano el terreno que pisan. «El Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, ni promueve ni fomenta su uso, pero la incursión por Risco Liso no está prohibida», señala el director conservador del singular espacios natural palmero, Ángel Palomares.

Hay varios colectivos como Jurria Tenerra, Aifaraga, Garehagua o Jurria el Espigón cuyos miembros, al estar bien entrenados, recorren las quebradas de estos impresionantes acantilados para practicar el salto del pastor, indica Rubén Arrocha Hernández, rescatador del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias. Arrocha, junto con Ángel Palomares, Eduardo Pérez Cáceres, cabrero y antiguo vigilante de las poblaciones de herbívoros de La Caldera de Taburiente, y Óscar Luis Pérez Díaz, policía local de Santa Cruz de La Palma y miembro del grupo de voluntarios de rescate de Ayuda en Emergencia Anaga (AEA), recorrieron el pasado mes de septiembre la citada ruta. Entraron por el mirador de Los Brecitos, situado a 1.081 metros de altitud, y salieron por Tajodeque, enclavado a 2.250 metros sobre el nivel del mar.

Arrocha insiste en que para hacer la ruta de Risco Liso «hay que tener mucha experiencia en salto del pastor o escalada, en definitiva, en risquear». En los últimos 15 años, subraya, «nadie había pasado por allí», por lo que, incluso, seguir el trillo, al no haber rastros, fue difícil. «Impresiona bastante, sobre todo, la altura que se ve por debajo».

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Unos 845 metros de desnivel

Mirador. Risco Liso es una pared vertical de aproximadamente 845 metros de desnivel, situada en el sector noroeste del interior de la Caldera de Taburiente, por debajo de la cual pasa el sendero que une el mirador de los Brecitos y la zona de acampada, uno de los más utilizados por los visitantes del Parque Nacional. Ascensión. Una vez en Los Brecitos, a donde se puede llegar en coche, es necesario caminar por el sendero que lleva a la zona de acampada del Parque Nacional hasta el desvío del barranco de Las Traves, punto en el que se pone rumbo hacia el Morro de Los Brezos, lugar de comienzo de la ascensión a Risco Liso.

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