Moyano: "Una partida de ajedrez se parece a nuestras vidas"
Juan José Sosa
Jueves, 16 de julio 2020, 22:17
¿Qué motivó la idea de afrontar este libro? En principio me animó el precedente de libro German Pírez, dos pasiones: política y ajedrez, que abordaba la figura de uno de los jugadores emblemáticos de nuestro ajedrez. Además pensé que sería interesante la recuperación de la memoria del ajedrez en Gran Canaria, que podrá acercar nuestra rica historia a las nuevas generaciones. ¿Cuánto tiempo ha invertido en las tareas de concreción hasta llegar a la publicación final de este libro? La verdad que ha sido muy laborioso dado que he conjugado la investigación en hemeroteca, consulta de archivos, y sobre todo recurriendo a muchas de las fuentes con entrevistas a personajes históricos como Pierre Dumesnil, Juan Marrero Portugués, Andrés Armas Suárez, Juan Rafael Betancort o José Miguel Fraguela. ¿Qué destacaría en la evolución del ajedrez en Gran Canaria? Sin duda el paso del ajedrez de bares, parques y lugares abiertos a crear una sólida estructura con campañas escolares, divulgación, e irrupción de los mejores torneos que se podrían haber organizado en aquella época. Este trabajo de reconstrucción ha sido un encaje de piezas e información como si se tratara de completar un puzzle. ¿Cuál es el mensaje a transmitir a las nuevas generaciones respecto a este deporte? El del esfuerzo, la lucha, que los jóvenes valores comprendan el gran trabajo que desarrollaron nuestros fundadores desde la década de los cuarenta. Apenas unos pocos jugadores como Germán Pírez, Pedro Lezcano, Miguel Navarro, Ildefonso Gallardo, Luis Martin Estupiñán o Fernando Sagaseta sembraron la semilla de lo que supuso el boom de la década de los setenta. Aparte de los históricos citados anteriormente, ¿a qué otras figuras del panorama isleño ensalzaría? Desde luego, los que pusieron el ajedrez grancanario en el mapa mundial fueron Pierre Dumesnil, Juan Marrero Portugués, Andrés Armas Suárez y Juan Rafael Betancor, todos ellos volcados en las campañas que se llevaron a cabo desde el Club de Ajedrez de La Caja Insular de Ahorros. ¿Por qué el título de El juego de nuestras vidas para esta obra que ahora ve la luz? Una partida de ajedrez se parece a la vida, un juego en el que somos piezas, combinamos errores y aciertos. Esa partida, la de la vida, es la que he querido contar en nuestra etapa dorada que se extiende desde los años 1954 a 1979.
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