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Más canario que un bicácaro

Vicente Escobio / Rubén Naranjo

Viernes, 17 de julio 2020, 04:03

Pocas plantas pueden presumir de tanta canariedad como el bicácaro, un bello endemismo botánico que aún es posible observar en las zonas más elevadas de Las Palmas de Gran Canaria y en amplios sectores de las medianías de la isla, en espacios que en su día ocupó el monteverde.

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En las zonas más elevadas del municipio de Las Palmas de Gran Canaria, al igual que en amplios sectores de las medianías de la isla, en los espacios que antaño ocupara el monteverde, aún es posible observar un bello endemismo botánico: el bicácaro. Y pocas plantas pueden presumir de tanta canariedad.

Las fuentes etnohistóricas, en concreto lo que nos aporta la controvertida Crónica de Cedeño, señalan que formaba parte de la dieta de los aborígenes canarios: "Tenían otra fruta de una mata como alcaparra i su fructo a modo de alcaparrón, saluo que es colorado como tomate [] a amarillo [] de el tamaño de un güebo llamado vicácaro, no es de mal sabor, ase de comer mui maduro, tiene muchas pepitas; teníanle por gran regalo".

Nada ajeno a esta circunstancia, el primero de nuestros poetas, Bartolomé Cairasco, no dejó escapar la oportunidad de incluir este esdrújulo en El Templo Militante: "que el gofio, los mocanes y bicácaros, / las comidas silvestres y marítimas / eran entonces de mayor sustancia / que en este tiempo lleno de miserias». Esta temprana referencia, hará que D. J. Wölfel lo incluya como un vocablo aborigen, señalando que tal suposición «es compartida por todos los Isleños".

No obstante, la denominación científica es la que definitivamente ha consagrado a esta hierba trepadora, de hermosas flores campaniformes, de color calabaza o anaranjado, como «la más canaria»: Canarina canariensis (L.) Vatke.

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Sin embargo, el género Canarina no es exclusivo del Archipiélago, pues en las regiones montañosas del África oriental, encontramos dos especies más que comparten esta categoría de plantas: Canarina eminii Asch. ex Schweinf. y Canarina abyssinica Engl. A primera vista, el parecido de las tres resulta sorprendente, viviendo en espacios tan alejados entre si.

A partir de los trabajos que se siguen sobre la peculiar distribución de estos taxones, el investigador Mario Mairal Pisa sugiere a raíz de los datos obtenidos, que Canarina, pese a su nombre científico, en realidad se originó en el este de África, emigrando por el norte del continente, hasta llegar al archipiélago canario. La desertización que afectó a esta franja continental africana, dio lugar a un fenómeno de vicarianza. Es decir, la separación por una barrera geográfica marcada por la aridez, supuso la diferenciación entre poblaciones, dando lugar a nuevas especies: el bicácaro canario y las canarinas del oriente africano. Una divergencia de 7 millones de años y 7.000 kilómetros de distancia.

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Sin embargo, el bicácaro no para de darnos sorpresas. María C. Rodríguez-Rodríguez y Alfredo Valido, son los autores de un artículo científico donde se da cuenta de un hecho sin duda peculiar en la flora y fauna canarias, como es la polinización que realizan las horneras u horneros [Phylloscopus canariensis (Hartwig, 1886)], también conocido por mosquitero canario. Estos pequeños e inquietos pájaros, habitantes comunes incluso de las ciudades, acuden como oportunistas a las flores de la Canarina en busca de néctar, ejerciendo un efecto beneficioso que incide en el aumento de la producción de semillas viables.

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