Los últimos dÍas del picudo rojo

Viernes, 17 de julio 2020, 04:17

Más de 660 palmeras eliminadas, casi 200.000 tratadas, cerca de 700 picudos rojos capturados entre 2006 y 2013 y más de seis millones de euros gastados. Ese es el saldo de una plaga que llegó a Canarias hace 10 años y que va camino de quedar erradicada. En junio hará tres años que se capturó el último ejemplar en Fuerteventura.

Publicidad

Junio de 2016 es la fecha en la que, con toda probabilidad, Canarias quedará libre del picudo rojo. Para entonces ya habrá transcurrido una década desde que por primera vez se detectó en el Archipiélago a este escarabajo originario de Asia que ha acabado con más de 660 palmeras canarias (Phoenix canariensis) en Fuerteventura y Gran Canaria. Su erradicación ha costado a las arcas públicas más de seis millones de euros.

En junio se cumplen tres años desde que se localizara el último ejemplar de Rhynchophorus ferrugineus en un palmeral en Fuerteventura, el plazo de seguridad que tiene que transcurrir antes de dar por erradicada la plaga. Aquel escarabajo estaba muerto; el último vivo se capturó en abril de 2013, pero en la Consejería de Agricultura han preferido «ser prudentes y esperar a junio antes de declarar también a Fuerteventura libre de picudo rojo», dice Antonio González, jefe de servicio de Sanidad Vegetal del Gobierno de Canarias.

Gran Canaria, la otra isla donde se instaló el escarabajo, quedó libre del escarabajo los primeros días de 2015. En esta isla y en Fuerteventura se capturaron entre 2006 y 2013 un total de 674 picudos rojos. En Tenerife sólo se vio afectada una palmera en 2007 y se capturaron dos individuos.

Palmeras. La erradicación del picudo rojo no dejará, sin embargo, a la palmera canaria a salvo de enemigos porque, entre otras plagas, tiene de huésped a otro escarabajo de la misma familia que el picudo rojo, pero más pequeño y menos dañino, la Diocalandra frumenti. La Dirección General de Agricultura, departamento del que depende Sanidad Vegetal, priorizó en su día la lucha contra el picudo rojo porque atacaba al cogollo de las palmeras y acababa matándolas, y dejó en un segundo plano el abordaje de la plaga de picudín, como se conoce a este escarabajo, que afecta a los palmerales urbanos de las islas, excepto El Hierro.

Publicidad

En la eliminación del picudo rojo ha sido clave el uso de trampas de feromonas de agregación (que atrapan a machos y hembras). Entre 2006 y 2013 se trataron casi 200.000 palmeras con feromonas en Gran Canaria y Fuerteventura. «Las había en el mercado, se usaron y funcionaron», recuerda González, que asegura que fue esa experiencia y la sospecha de que el macho de picudín podía fabricar también feromonas de agregación al tratarse de la misma familia de coleópteros lo que les llevó a apostar por esa vía. Y acertaron porque el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), el Centro de Ecología Química Agrícola de la Universidad Politécnica de Valencia, y la empresa valenciana Ecología y Protección Agrícola han logrado aislar, identificar y sintetizar la molécula de esa feromona atrayente y ya se está probando en palmeras en Las Palmas de Gran Canaria y en San Bartolomé de Tirajana. «Está funcionando bien, pero hay que determinar la cantidad de producto y ver qué emisor es el mejor», explica César Martín, director general de Agricultura.

Es la primera vez que en Canarias se logra aislar esta feromona que permitirá reducir poblaciones y mantener saneadas las palmeras porque los técnicos dicen que el picudín es complicado de erradicar totalmente.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Regístrate de forma gratuita

Publicidad