Los microchips de la ULPGC, entre los mejores de España
Marta Ramos
Jueves, 16 de julio 2020, 21:00
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) se mantiene en el año 2015 entre las diez universidades españolas con más circuitos integrados (chips) diseñados y fabricados. Así lo confirma un ranking europeo que evalúa la realización de estas estructuras electrónicas en universidades y centros de investigación europeos.
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En concreto, el centro en el que se desarrollan estos microchips es el Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA) de la ULPGC, que ocupa en este ranking de la organización financiada por la Unión Europea Europractice el séptimo lugar entre más de setenta universidades de todo el Estado, y el noveno incluyendo los centros de investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas).
Los investigadores de este centro puntero, que lleva años consolidado entre los diez mejores de España según el citado ránking, se dedican a diseñar estos chips, estructuras de pequeñas dimensiones sobre la que se fabrican circuitos electrónicos que permiten que la banda ancha llegue a los hogares, que los smartphones y las tabletas sean inteligentes o que funcionen los vehículos eléctricos entre otras aplicaciones, apunta el director del IUMA, Antonio Núñez. Los circuitos integrados son usados en prácticamente todos los equipos electrónicos modernos (ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos que en la actualidad son indispensables).
Según comenta Núñez, el instituto que dirige trabaja fundamentalmente en el diseño y fabricación de cuatro tipos de microchips: de radiofrecuencia, de potencia, de sensores y en chips de sistemas digitales. «Los de radiofrecuencia se aplican en las telecomunicaciónes, como en la comunicación con satélites o las bandas de telefonía móvil, mientras que los de potencia son para convertidores ac-dc, de corriente alterna o continua que se usan en máquinas o vehículos eléctricos», explica.
Por otra parte, los microchips de sensores permiten «desde instalar nuevos sistemas en acuicultura hasta medir la aceleración. Por ejemplo, si coges un móvil y giras la pantalla cambia la presentación. Eso es porque el microchip se basa el acelerómetro, que detecta la inclinación del dispositivo», argumenta Núñez.
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Esta característica permite medir la inclinación de un cuerpo puesto que es posible determinar con el acelerómetro la componente de la aceleración provocada por la gravedad que actúa sobre el cuerpo. Su campo de aplicación es muy grande, basta pensar en la detección de orientación realizada por los chips acelerómetros de smartphones y tabletas o los dispuestos para activar los airbags o los cinturones de seguridad en vehículos. En cuanto a los chips de los sistemas digitales, dice el experto, estas estructuras llevan «el procesado de datos de los móviles u ordenadores».
El ranking español está encabezado por el Centro Nacional de Microelectrónica de Barcelona (CSIC), seguido del Instituto de Microelectrónica de Sevilla (CSIC). Respecto a la posición de las universidades en el ranking español, en el primer lugar se sitúa la Universidad de Barcelona, seguida por la Politécnica de Cataluña, la de Zaragoza, la de Cantabria y la de Navarra.
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