Los mejores números del siglo en Segunda
Los 40 puntos que ahora luce la UD, en el inicio del mes de marzo y cubierta la 28ª jornada del campeonato, suponen el mejor balance del equipo en la categoría de plata desde que descendió de Primera. Dato significativo que adorna un proyecto que crece.
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El mensaje de prudencia que impera en el club, pese a tener virtualmente amarrada la permanencia tras el triunfo en Murcia, contrasta con la evidencia estadística que eleva el momento actual por encima de todos los anteriores vividos en el escenario de la Segunda División. Juan Manuel Rodríguez puede presumir, en comunión con sus jugadores, de dirigir el proyecto más solvente de los siete anteriores a estas alturas de la película. La UD está mejor que nunca, incluyendo la feliz pero fértil etapa de Yosu Uribe en el banquillo. Además, por primera vez en muchos años, la amenaza del descenso, antes miedo tradicional, parece del todo desterrada con los guarismos que dejan once victorias, siete empates y diez derrotas, superado ya el ecuador del calendario.
Desde que la UD ascendió a Segunda, en junio de 2006, no se ha dado año tranquilo en la parcela deportiva. No hay que retroceder mucho para encontrar situaciones dramáticas en esta fase del calendario: hace doce meses, la UD se consumía en la tabla y pocos apostaban por su permanencia. Precisamente con el mismo técnico de ahora, al que le tocó lidiar con la nefasta herencia que le dejó Paco Jémez: tres meses sin victorias, con varias goleadas sonrojantes.
De ahí que Juan Manuel pida que se valore el presente y recuerde precedentes nefastos cuando se ha instalado la euforia en la entidad. De hecho, en su comparecencia pública en la Nueva Condomina, no dudó en retroceder 29 años para rememorar el descenso a Segunda de la UD, en 1983, tras caer el Insular por 1-5 frente al Athletic de Bilbao. Y también refrescó la memoria contemporánea al aludir a la desdichada racha con Fernando Vázquez, en el curso 2001-2002, cuando también se perdió la plaza en Primera por la incapacidad de lograr una victoria en siete jornadas. Rodríguez pretende con estas moralejas concienciar a afición y periferia de la importancia de mantener la tensión competitiva.
Es el mismo mensaje que cala en los futbolistas, algunos con experiencia indigestas en otras campañas en las que, por anticipado, se habló de retos mayores aún con la papeleta básica de la permanencia por resolver (etapas de Vidales o Kresic). Pero lo que ya nadie le va a quitar a los actuales protagonistas es el logro de tener a Las Palmas en una posición privilegiada y con la posibilidad de aspirar a la promoción de ascenso, formato que ahora cumple su segundo año y que abarata entrar en la aristocracia.Ninguno hasta ahora, desde los tiempos del primer Kresic y su ascenso a Primera, caminaba tan bien en Segunda.
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